Shocks globales pueden impactar el crecimiento
De acuerdo con un informe macroeconómico de América Latina del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), varios shocks globales podrían tener un impacto en las proyecciones económicas de América Latina en este año. Las proyecciones para América Latina es de un crecimiento moderado del 1,6% en este 2024.
Para nuestro país, la proyección de crecimiento oficial es del 3,8%, tras un crecimiento del 4,5% de 2023.
Añaden que varios son los factores que influyen en esta expectativa de crecimiento modesta, entre los cuales se destacan el menor crecimiento global, las altas tasas de interés (al menos en la primera mitad del año), precios estables de las materias primas, la consolidación fiscal progresiva y niveles de deuda relativamente altos. Los variados efectos de El Niño en países en la región y en sectores productivos específicos
Impacto de fenómenos climáticos
Al igual que en Paraguay, en varios países de la región hay una necesidad de enfoques adaptados para contrarrestar las implicaciones económicas de los fenómenos climáticos. Las estrategias pueden incluir la utilización de recursos para reconstrucción de infraestructura, subsidios para los sectores afectados o subsidios condicionados para mitigar el efecto transitorio de los precios más altos.
También podrían ayudar a contrarrestar los impactos del clima, la adaptabilidad económica y la formulación de políticas para fortalecer la resiliencia contra estos eventos y poner énfasis en invertir en infraestructura resiliente al clima para reducir la vulnerabilidad de sectores económicos clave.
El informe del BID menciona igualmente que este escenario presenta riesgos considerables, particularmente si las tasas de crecimiento de Estados Unidos caen por debajo de las expectativas. En el caso de un escenario de estrés para la economía de EE.UU. tendría un crecimiento de 1,6% por debajo de la tasa de crecimiento prevista a lo largo de los cuatro trimestres de 2024, así como a presiones inflacionarias persistentes que mantendrían la inflación por encima de la meta de 2% y obligarían a retrasos en el recorte de las tasas de referencia de política monetaria. “Esta situación podría llevar a un período más prolongado de tasas de interés altas”, advierte.