Directrices para debida diligencia de norma 1115 aún están en preparación
El cumplimiento del reglamento 1115/2023 de la Unión Europea exige a los importadores y operadores del comercio internacional una “debida diligencia”, pero las directrices (guidelines) aún están en etapa de redacción y se espera estén listas para los próximos meses, según se informó en torno a la visita al Paraguay del comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius.
Todavía está en proceso de redacción el documento denominado “guidelines” (directrices o lineamientos) de los requisitos que se deben lograr para la debida diligencia exigida por el reglamento 1115/2023 de la Unión Europea y así poder exportar los productos nacionales a ese mercado, y se anunció que estarían listas en los próximos meses, según la información proporcionada por la Cámara Paraguaya de Exportadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro)
Esta noticia surgió durante la reunión que se realizó el pasado viernes en el Hotel La Misión con el comisario de Medio Ambiente de la Unión Europea, Virginijus Sinkevicius, y los representantes del sector privado. Allí participaron directivos de Cappro, de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), de la Federación de Cooperativas de la Producción (Fecoprod), de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), así como de la Unión de Gremios de la Producción (UGP) y otros.
Según los datos, el comisario Sinkevicius resaltó que el reglamento 1115/2023 de la UE, que se aplicará indefectiblemente desde el 1 de enero de 2025, tiene como punto central cumplir con la trazabilidad del producto para garantizar que provenga de áreas libres de deforestación desde el 1 de enero de 2021.
En la oportunidad, desde los gremios se manifestó al comisario ambiental de la UE sobre la preocupación por los plazos y sobre la intención de Paraguay de solicitar que el proceso de implementación del reglamento 1115 se haga de manera gradual.
Por su parte Sinkevicius respondió que en el inicio de la implementación de la norma referida en cuanto a la clasificación de riesgos, se produciría un riesgo estándar para todos los países.
Uno de los participantes de la reunión con el comisario Sinkevicius, el presidente de la ARP, Dr. Pedro Galli, opinó que el encuentro fue muy importante y útil para aclarar algunas dudas que se tenían y ratificar sobre algunos puntos. “Es muy importante la visita de una persona del más alto nivel, para que seamos conscientes de que tenemos que hacer los cambios y ajustes que sean necesarios para no perder el mercado de la Unión Europea para la carne”, expresó Galli.
A su turno, la Ing. Lilian Cabrera, gerente de la Unión
de Gremios de la Producción (UGP), dijo que las explicaciones del comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, confirmaron la inflexibilidad de la norma y que dejaría fuera a pequeños productores de soja de nuestro país.
Según la vocera de la UGP, el comisario Sinkevicius refirió que el reglamento 1115 establece que la responsabilidad de las obligaciones recaerá sobre los operadores y comerciantes europeos de la cadena de suministro, porque serán ellos los auditados y afectados por las sanciones en caso de incumplimiento. La misma opinó, sin embargo, que esa interpretación de la autoridad europea está alejada de
la realidad porque en la práctica, al tratarse de una cadena de valor, la responsabilidad se extiende a lo largo de la misma, afectando de esta manera a los exportadores paraguayos y con mayor impacto al productor.
“Quedarían excluidos del mercado los pequeños productores porque, aunque ellos no negocien directamente con los operadores de la UE, a la hora de querer entregar sus cosechas a los silos locales no lo podrán hacer a causa de las exigencias del reglamento 1115”, señaló Cabrera.
Comentó que en el encuentro el comisario ambiental hizo énfasis en que el foco del reglamento 1115 está en la deforestación. Sin
embargo, al leer el apartado 41 del mismo se ve que establece relación de las materias primas y productos pertinentes no solamente con el combate a la deforestación y degradación forestal, sino que también con la protección de los derechos humanos y los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, tanto dentro de la Unión Europea como en terceros países.
A juzgar por la actitud europea, se percibe que no actúa como un socio comercial, sino como un mercado con una política de proteccionismo, con reglas que no se condicen con las establecidas en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), añadió.