Buscan restablecer el tramo ferroviario “Nariz del Diablo”
ALAUSÍ (Ecuador) (EFE). Lo llaman el “tren más difícil del mundo” por lo tortuosa que fue la construcción de su ruta entre montañas y abismos de los Andes de Ecuador –en la que murieron cientos de personas hace más de un siglo–, y aunque ahora está fuera de servicio, los habitantes de la ciudad de Alausí están empeñados en reactivar la vía al emblemático y vertiginoso paso ferroviario de la Nariz del Diablo, y con ello, el turismo.
El proyecto del ferrocarril comenzó en el Gobierno del conservador Gabriel García Moreno, en 1861, y lo terminó el liberal Eloy Alfaro en 1908, en una campaña considerada audaz para la época y que resulta intrépida incluso ahora al avanzar por la ruta serpenteante, que incluye la “nariz” de Lucifer.
En un tramo de unos 12,5 kilómetros desde Alausí hasta la estación de Sibambe, entre precipicios y paisajes andinos de ensueño, realiza dos veces zigzag en la zona del monte Pistishí.
Ahí el tren debe avanzar
en reversa, en un ejercicio de precisión que sorprende a los turistas que, una vez en Sibambe, suman una dosis de imaginación a la explicación de guías, para ver en Pistishi la forma de una inmensa nariz que la fantasía atribuye a Belcebú.
Miguel Castillo, director de Desarrollo Cantonal de Alausí, en la provincia andina de Chimborazo, dijo a EFE que para trazar la ruta cortaron la montaña con dinamita y en el proceso murieron
por explosiones, derrumbes, enfermedades y picaduras de serpientes más de 2.000 jamaiquinos, que llegaron a trabajar en ese tramo de la vía.
El tren, rehabilitado en el Gobierno de Rafael Correa (2007-2017), pero que dejó de funcionar en el de Lenín Moreno (2017-2021), era una de las principales fuentes de ingreso por turismo de Alausí, una ciudad a 2.285 metros sobre el nivel del mar, en el centro-sur de los Andes ecuatorianos.