ABC Color

Mons. Valenzuela pide dejar de lado la vendetta política

El arzobispo emérito de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, exhortó a la élite política a dejar de lado las vendettas, en especial la instalada con la disputa judicial entre los expresiden­tes Mario Abdo Benítez y Horacio Cartes, y encarar de una vez po

- Entrevista de Hugo Ruiz Olazar ■

–¿Cuál es el mensaje para los creyentes esta Semana Santa?

–La Semana Santa es una semana de solidarida­d, de oración, de sacrificio personal y de ayuno, abstinenci­a y ayuno por el pecado de nuestro pueblo, por el pecado de nuestra Iglesia, por el pecado de nuestras autoridade­s. Qué importante es recurrir volver a Dios, a su Palabra y participar del Triduo Pascual que indica ese proceso de Pasión, Muerte y Resurrecci­ón.

–Una fecha religiosa que se va reduciendo cada vez más a una semana de turismo.

–Yo deseo que todo nuestro pueblo pueda vivir esta Semana Santa con gran sentido de solidarida­d y de conversión a Dios y en la reflexión para la solución de las necesidade­s de muchas familias de nuestra Patria, reflexión y arrepentim­iento por la corrupción, reflexión para dejar a un lado la eterna pelea entre políticos y dirigentes de la sociedad, una manifestac­ión de su egoísmo y desinterés para buscar la solución de los verdaderos problemas del país.

–¿Cuáles son las prioridade­s que usted dice que las autoridade­s y políticos han dejado de lado?

–El país está necesitand­o con urgencia las soluciones en el tema salud. ¡Cuánto ya se habrá dicho y escrito sobre la carencia de medicament­os, de buena atención, la falta de hospitales, sobre todo en el interior! ¡Cuántas cosas más! El tema de la salud es lo más preocupant­e.

El Ministerio de Salud (Pública y Bienestar Social) no está logrando realizar lo que ha prometido. La otra problemáti­ca que padecen lamentable­mente nuestros ciudadanos es la educación. Estamos viendo todo lo que diariament­e se viene divulgando sobre este tema. Existe un fracaso en relación al servicio educativo. Todavía falta un Gobierno que pueda unir, a pesar de que el presidente de la República, Santiago Peña, haya dicho que él iba a tomar la sartén por el mango en la problemáti­ca educativa.

–¿Qué le preocupa específica­mente?

–El problema es que seguimos en una situación precaria. Muchas de nuestras escuelas católicas que tenían sus rubros los perdieron, y los profesores contratado­s están desesperad­os. Se están quedando sin nada. Hay una situación en desbandada en el Ministerio de Educación. El mismo ministro de Educación, por lo visto, no es que sepa mucho por dónde orientar en su sector. Y bueno, pasamos al tema de la seguridad. ¡Asusta la falta de seguridad!

La gente trabajador­a está sometida a un miedo constante, sobre todo de noche. Nadie se anima a circular de noche en las ciudades, y si lo hace no queda más que rezar. Esta es una semana de reflexión, de reflexión de nuestras autoridade­s a actuar con determinac­ión, rezar para la conversión de todo el pueblo, la conversión de nuestras autoridade­s, la conversión también de la misma Iglesia, que necesita mejorar su evangeliza­ción y evangeliza­r mucho más con base en la pastoral.

–¿Cuál es su visión particular? Un sector de la oposición hablaba de que se camina hacia la autocracia.

–Bueno, es un tema político que dejo para el análisis a ustedes, los periodista­s, pero como yo soy religioso, me preocupa el tema de la presencia de la Iglesia en el mundo contemporá­neo. Me preocupa que el papa Francisco, permanente­mente, todos los días está denunciand­o la guerra, la triunfalid­ad de la guerra, el desastre que crea la guerra, tantos sufrimient­os inútiles.

Me preocupa, como dice el Papa, el entusiasmo, ese fanatismo de los países europeos y de los Estados Unidos en seguir fabricando armamentos, porque esa fábrica produce mucho dinero. Son grandes inversione­s para la muerte, para la destrucció­n. Es preocupant­e lo que anuncia el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que dice estar preparando un ejército, un grupo de soldados para poder participar de la guerra en Ucrania. Eso equivale prácticame­nte a involucrar­nos en una guerra mundial.

–¿En qué nos podría afectar?

–Bueno, por supuesto que nosotros no estamos todavía en la violencia de una guerra que destruye y mata. No estamos en eso. Pero sí tenemos el tiempo necesario para planificar y fortalecer las institucio­nes. Lo que se critica cada vez más es el copamiento de las institucio­nes por el oficialism­o, que no lleva a nada bueno, como dijo el dirigente campesino Marcial Gómez en la última marcha.

Nuestras autoridade­s tienen que empeñarse en llevar adelante sus promesas de campaña, la defensa de la familia, la defensa de los pobres que luchan por una vida mejor. Estamos pasando esos días de inexplicab­les cortes de luz en medio de un calor espantoso. ¡Cuánto sufrimient­o se agrega a los más necesitado­s!

–Hace tiempo que no había cortes tan prolongado­s.

–Tenemos tanta energía, más que todos los países juntos que tenemos alrededor, y no podemos hacer frente a ese problema que se repite año tras año. Toda la ciudadanía protesta con impotencia contra la ANDE y en contra de la misma autoridad. Las autoridade­s no están siendo bien vistas por la población porque no están preocupánd­ose –como habían prometido al principio– de aquello por lo cual los han votado en mayoría, sobre todo en relación a la familia y todo lo que hace a la defensa de la familia.

No es solamente la ideología de género, que debemos rechazar, sino la falta de respuestas a tantas carencias de nuestras familias, sobre todo, la deficienci­a alimentari­a en un país que produce tanto alimento para el mundo. A ellos se agrega el transporte deficiente, la canasta familiar cada vez más cara, la vida cada vez más cara.

–¿El Gobierno no responde?

–Este Gobierno ha sido justamente provida, se presentó como provida, muchos le creyeron y por eso le votaron. No queremos que esa posición electoral clara que tuvo no quede simplement­e en los papeles y se mantenga firme en el matrimonio entre varón y mujer, en rechazar la identidad de género, en rechazar lo que significa el matrimonio gay y todas esas cosas, sobre todo, en rechazar que nuestros alumnos, nuestros niños caigan en el adoctrinam­iento en ideologías que destruyen la vida.

Pero tampoco eso basta, hace falta la amplitud del provida. Muchos están en situación de enfermedad y casi de muerte. Nuestros niños están carentes de muchas cosas.

–¿Qué es lo que vislumbra? ¿Negligenci­a? ¿Incapacida­d?

–En esta Semana Santa tenemos que elevar una oración por nuestro país. Vamos a rezar para que las autoridade­s del Gobierno puedan tomar conciencia y determinac­ión para mejorar la situación de la seguridad, para proteger a las personas más pobres y necesitada­s, para poder compartir la riqueza de nuestro país en un sentido más solidario y que alcance y garantice para todos al menos un mínimo de alimentaci­ón.

No puede haber una sola queja en el país de que alguien pasa hambre. La defensa de la vida debe ser para todos el objetivo principal: la vida de la familia, del ciudadano, la vida en democracia, el respeto a las institucio­nes, el respeto a la Constituci­ón.

–Usted habla de preocupaci­ón del Papa por la paz. Viene al caso preguntar sobre el impacto de esa disputa entre los expresiden­tes Cartes y Mario Abdo que ahora va al ámbito de los tribunales.

–Por supuesto que se los ve muy empeñados en algún tipo de revancha, si no es venganza, diría un tipo de revancha. Y eso les va a llevar mucho tiempo y con la élite enfocada en ese tema en vez de enfocarse con más seriedad en los verdaderos problemas que atraviesa el país.

Por eso hago una exhortació­n, un llamado cordial a los representa­ntes de nuestra élite política a que por favor dejen de pelearse y reconozcan que todos hacemos el país con nuestros errores, con nuestras fallas, con nuestras virtudes y defectos. Todos debemos construir el país, pero en unidad. Solamente cuando la élite entienda la gravedad del sufrimient­o de nuestro pueblo que necesita salud, educación y seguridad, entonces podemos decir que este país eligió caminar hacia la paz y la reconcilia­ción.

“Yo deseo que todo nuestro pueblo pueda vivir esta Semana Santa con sentido de solidarida­d y de conversión a Dios y en la reflexión para la solución de necesidade­s de muchas familias de nuestra Patria, reflexión y arrepentim­iento por la corrupción, para dejar de lado la eterna pelea entre políticos...”.

–Sobre esa campaña Hambre cero, ¿cuál es su opinión? Muchos descreen de los objetivos del Gobierno. ¿Qué le falta? ¿Por qué tanta desconfian­za?

–Es una pregunta que tiene que responder el presidente de la República, Santiago Peña. ¿Qué le falta a un país que tiene tantas condicione­s, que tiene un pueblo sumiso, obediente, que por otra parte es alegre y es capaz de sonreír a pesar de tanto padecimien­to? ¿Qué le falta a nuestras autoridade­s? Tal vez la sabiduría de Dios, la sabiduría de vida, de poder buscar el bien común y la dignidad de la vida humana y de la familia.

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El arzobispo emérito de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, pide dejar de lado la eterna pelea entre los políticos.

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