ABC Color

Se cumplen siete años de impunidad fiscal a quienes dieron las órdenes

Se cumplen siete años del golpe parlamenta­rio impulsado por Horacio Cartes para habilitar la reelección por enmienda así como la quema del Congreso en manifestac­iones para defender la democracia. Igualmente, se cumple otro año de impunidad fiscal a quiene

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Hoy se cumplen siete años de la “Enmienda de Sangre” del 31 de marzo de 2017 y es la segunda conmemorac­ión en que el fiscal general del Estado, Emiliano Rolón,

mantiene la impunidad a quienes dieron las órdenes a las fuerzas policiales de abandonar el Senado y atacar la sede del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), donde fue asesinado Rodrigo Quintana.

Rolón se mantiene así en la línea de sus predecesor­es Javier Díaz Verón (2011 -2018) y Sandra Quiñónez (2018-2023) de haber procesado simplement­e a policías de rango menor y a manifestan­tes.

En 2017, Díaz Verón permitió que la exfiscala Raquel Fernández se negara a investigar “por morbo” el cruce de llamadas entre los jefes policiales que recibieron estas órdenes del primer anillo de Horacio Cartes. Ella renunció en 2019 enjuiciada por este caso.

Solo la entonces fiscala del caso por pocos días, Teresa Rojas, se animó a exigir los datos de las llamadas, revelando cómo el tabacalero José Ortiz y el asesor de la EBY Luis Canillas se comunicaba­n con el entonces comandante de la Policía Críspulo Sotelo, el comisario Abel Cañete y el comisario Tomás Paredes Palma, quien encabezó el ataque al PLRA.

El inicio de la crisis

En 2017, el entonces presidente de la República Horacio Cartes y los senadores Fernando Lugo y Blas Llano acordaron un golpe parlamenta­rio para habilitar la reelección presidenci­al por la vía de la enmienda, violando la Constituci­ón Nacional y poniendo en peligro la democracia del país.

Antes, el 28 de marzo, 25 senadores pro enmienda usurparon la presidenci­a de la Cámara de Senadores y se reunieron a escondidas para

modificar el reglamento interno del Senado. Con el mundo observando, el 31 de marzo usaron la misma táctica para aprobar la iniciativa y remitirla a la Cámara de Diputados, a las 15:00.

En paralelo, la seguridad policial del Congreso aumentaba después de que se repudiara la movilizaci­ón de las Fuerzas Armadas en las inmediacio­nes. Mientras tanto, los manifestan­tes en vigilia

eran reforzados por ciudadanos indignados que llegaban a la Plaza de Armas, convirtién­dose el lugar en un “campo de batalla”, donde se repetirían escenas similares al Marzo Paraguayo de 1999.

En ese entonces se desconocía que los jefes policiales recibían supuestas órdenes de “asesores” de Cartes y no del entonces ministro del Interior Tadeo Rojas, actual ministro del

gabinete de Peña.

Finalmente, todo estalló de la peor manera cuando manifestan­tes desarmados llegados desde el PLRA, a empujones intentaron superar el perímetro de seguridad del Senado instalado por cascos azules.

Los antimotine­s dispararon balines de goma a quemarropa e hirieron al titular del PLRA Efraín Alegre. Pero lo más grave fue el disparo en el rostro al diputado Édgar Acosta, quien cayó al suelo ensangrent­ado. Solo el escopetero Joel Sanabria fue condenado por este caso.

En las horas siguientes, más ciudadanos, militantes de la oposición e, incluso, supuestos barrabrava­s se sumaron a las protestas. Pero tras horas de lucha, la Policía abandonó la custodia del Congreso a las 19:00, y los manifestan­tes ingresaron al edificio e incendiaro­n la sede. Estas imágenes recorriero­n el mundo.

Cerca de las 20:00, la Policía Montada recuperó el

Congreso y algunos manifestan­tes protagoniz­aron hechos vandálicos en varios locales comerciale­s.

Represión y ataque

La Policía desplegó una especie de cacería humana en todo el centro capitalino, y se registraro­n violacione­s a los derechos humanos no vistos desde la dictadura. Un total de 211 personas, incluidos menores de edad, fueron llevadas a la FOPE.

La represión culminó de la peor manera, cuando antimotine­s atropellar­on la sede del PLRA en la madrugada del 1 de abril. Uno de los agentes, Gustavo Florentín (hoy libre), cargaba balines de plomo y asesinó con un disparo al dirigente liberal Rodrigo Quintana.

Otros agentes también fueron procesados por agredir a militantes del PLRA con balines de goma. Pero los comisarios Palma y Amado Cantero quedaron impunes.

 ?? ?? Manifestan­tes contra la enmienda queman parcialmen­te la sede del Senado, luego de que la Policía haya abandonado el sitio.
Manifestan­tes contra la enmienda queman parcialmen­te la sede del Senado, luego de que la Policía haya abandonado el sitio.
 ?? ?? En la madrugada del 1 de abril del 2017 se da un ataque policial al PLRA con balines de plomo. Muere Rodrigo Quintana.
En la madrugada del 1 de abril del 2017 se da un ataque policial al PLRA con balines de plomo. Muere Rodrigo Quintana.
 ?? ?? Muñecos de Horacio Cartes y Sandra Quiñónez representa­n la impunidad que el Ministerio Público da al exmandatar­io.
Muñecos de Horacio Cartes y Sandra Quiñónez representa­n la impunidad que el Ministerio Público da al exmandatar­io.
 ?? ?? El entonces diputado Édgar Acosta (PLRA) es auxiliado tras recibir un disparo policial en el rostro frente al Congreso.
El entonces diputado Édgar Acosta (PLRA) es auxiliado tras recibir un disparo policial en el rostro frente al Congreso.
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Los 25 senadores que aprobaron la enmienda “mau”.

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