Preliminar para 5 presuntos traficantes
Luego de 8 suspensiones debido a chicanas planteadas por las defensas, se inició ayer la audiencia preliminar para cinco acusados de integrar una red de narcotraficantes que tenía su base en Luque, ciudad hasta donde traían cargamentos de cocaína de Bolivia para luego enviarlas al Brasil. El Ministerio Público pide que la causa se eleve a juicio.
La audiencia preliminar de los cinco acusados por presunto tráfico de cocaína al Brasil está a cargo del juez de Garantías Especializado contra el Crimen Organizado Osmar Legal, quien fijó la continuidad de la diligencia para mañana (miércoles 3 de abril), a las 7:30.
Los acusados de supuesto narcotráfico son Jonathan Gabriel Benítez, Diego Javier González, Arnaldo Acosta Cristaldo, Jorge Luis López Arroyo (boliviano) y Cristhian Gabriel Paciello Lacasa (hermano del yerno del ex presidente Fernando Lugo).
Todos cayeron entre la tarde y noche del viernes 16 de setiembre de 2022, en un operativo llevado a cabo en una vivienda de Luque a cargo de agentes de Policía de la Unidad Especial de Inteligencia Sensible Antinarcóticos y Hechos Punibles Conexos (SIU) y de la Fuerza de Operaciones Policiales Especiales (FOPE).
Enviaban droga al Brasil
El operativo de detención de los presuntos criminales se concretó luego de un año de investigación mediante escuchas telefónicas y en una entrega vigilada de la droga y posterior pago, de la que participaron agentes en
cubiertos.
En la vivienda ubicada en Luque, en la zona de la ruta que lleva a San Bernardino, los agentes hallaron 80 kilos de cocaína que estaba en paquetes listos para su distribución y era transportada en bolsas de tela.
La banda criminal en cuestión también operaba en Bolivia. Según puntualizó el fiscal Guillermo Sanabria, la droga se traía de ese país y tenía como destino final el mercado brasileño.
El agente detalló que el primer operativo consistió en una entrega vigilada en un hotel y la entrega de dinero. En el operativo se realizó el levantamiento de un total de cinco kilos de cocaína.
Posteriormente, según la acusación, los criminales pretendían la comercialización de 600 kilos de cocaína, pero se bajó el monto a 100. Los agentes encubiertos coordinaron mediante una reunión y como ya tenían la confianza del grupo criminal se reunieron con el líder de la organización en un café de un shopping capitalino.