Protestas contra el Gobierno de Netanyahu
Miles de israelíes se reunieron por segundo día consecutivo ayer en un evento coral de cuatro jornadas convocado en Jerusalén para pedir la celebración de comicios en un país en el que parte de la población culpa a Netanyahu del cautiverio a manos de Hamás que todavía padecen unos 130 rehenes y del sufrimiento de las familias desplazadas en la frontera.
Los manifestantes, repartidos frente a las calles de la Knéset (Parlamento israelí) en Jerusalén, donde también han instalado un escenario y cientos de tiendas de campaña, ondearon banderas con los colores de Israel y repartieron pegatinas con el eslogan “fuera” en referencia al Gobierno.
“Preferiríamos no tener elecciones pero con este Gobierno somos cada vez más y más débiles”, dijo Diana, una mujer israelí que se sumó ayer a la protesta en Jerusalén.
En la noche del domingo, en el primer día de protesta y mientras más de 100.000 personas comenzaban a tomar las calles de Jerusalén contra el primer ministro Netanyahu, este reiteró estar haciendo todo en su poder para traer de vuelta a los cautivos, secuestrados por Hamás en octubre.
“Entiendo la desesperación y el deseo de hacer todo lo posible para recuperar a los rehenes, dijo Netanyahu en una conferencia televisada antes de ser operado de una hernia, y en la que aseguró que unas elecciones “paralizarían” esas negociaciones y solo beneficiarían a Hamás.
En un comunicado, varias familias de los rehenes recordaron a Netanyahu que “redimir a los cautivos es sagrado”, y le pidieron que el equipo negociador “no regrese (a Israel) sin un acuerdo”.
Una delegación israelí se encuentra en El Cairo negociando un posible acuerdo de tregua y retorno de los rehenes, informó a EFE una fuente de seguridad egipcia.