CONSEJOS PRÁCTICOS
Embarazada o no, el sol no es algo con lo que se deba jugar. Pero debés tener en cuenta que durante la etapa del embarazo estás más expuesta que nunca a los efectos nocivos de los rayos ultravioletas (UV), pues estos intensifican los cambios en la pigmentación.
Teniendo en cuenta esto, es imprescindible el uso de protector solar; el de mayor factor de protección que se encuentre disponible en el mercado estará bien. No olvides que incluso en un día nublado la resolana puede afectar de igual manera tu piel.
Lo mejor que podés hacer para evitar las manchas es reducir al mínimo tu exposición al sol o evitar que te dé en lo posible en los horarios de mucha intensidad, usando sombreros y ropa cubierta, además del bloqueador.
¡Ah! Y olvidate del solárium durante el embarazo.
Cuando empieces a notar la aparición de las manchas, recurrí a un dermatólogo que te recomiende los productos de limpieza e hidratación diaria que deberás utilizar. Existen algunos que podrían empeorar el problema, así que solo usá lo que te recomiende un profesional.
Durante el embarazo no podés usar productos despigmentantes o blanqueadores de la piel, mucho menos sin el consentimiento de un profesional. La paciencia es fundamental, pues generalmente las manchas desaparecen tras el alumbramiento.