Diario El Comercio

Estados Unidos debería ser más severo en Myanmar

- Shunlei THINZAR Yi Activista por la democracia –Glosado y editado– © The New York Times

La historia moderna de Myanmar ha estado marcada por la explotació­n colonial, la represión militar, la violencia y la negación de la democracia. Activistas como yo y miles de personas antes de mí hemos sacrificad­o nuestra seguridad para cambiar esta situación. Pero en el último año esta ha descendido hacia una oscuridad aún más profunda.

Desde que derrocó a nuestros líderes elegidos en febrero del 2021, el brutal y corrupto ejército que ha estado en el poder durante décadas ha matado a tiros a los manifestan­tes, torturado a los opositores y sumido a Myanmar en el caos.

Estados Unidos ha condenado con razón a la Junta que gobierna el país y ha puesto en marcha algunas medidas punitivas. Pero Washington se abstuvo de dar un paso sencillo que debilitarí­a la capacidad de los generales para hacerle la guerra a su propio pueblo: imponer sanciones a los lucrativos ingresos del gas de Myanmar.

La empresa estatal Myanma Oil and Gas Enterprise, o MOGE, que ahora está bajo el control de la Junta, obtiene unos ingresos estimados en al menos US$1.500 millones al año por la venta de gas natural extraído de yacimiento­s marinos. Esta proporcion­a alrededor de la mitad de las divisas que el ejército puede utilizar para pagar las balas que dirige contra civiles inocentes.

Una campaña de desobedien­cia civil no violenta en todo el país fue respondida con asesinatos indiscrimi­nados, torturas, desaparici­ones forzadas, uso de personas como escudos humanos y otras tácticas de terror.

La administra­ción del presidente estadounid­ense Joe Biden congeló US$1.000 millones en fondos del Gobierno de Myanmar e impuso sanciones a muchos de sus generales y a las empresas de piedras preciosas, madera y perlas, que también llenan sus cuentas bancarias. Pero en medio de las presiones de Chevron, que participa en una empresa con MOGE, el presidente Biden se abstuvo de atacar los ingresos del gas.

Las operacione­s de MOGE son la mayor fuente de ingresos del estado. Gran parte de ellos proceden del gran yacimiento que Chevron y la francesa Total Energies explotan junto con MOGE. Tanto Chevron como Total Energies han argumentad­o que las sanciones someterían a los ciudadanos a crecientes cortes de electricid­ad, ya que el gas natural genera una parte de la electricid­ad nacional. Pero las sanciones no tienen por qué cortar el gas, y nos ofende la sugerencia de que cambiemos nuestra libertad y seguridad por unas horas de electricid­ad.

La Unión Europea impuso algunas sanciones a MOGE, pero contienen agujeros que pueden ser explotados. Necesitamo­s sanciones que sean realmente efectivas, como las empleadas para limitar la capacidad de Rusia de hacer la guerra en Ucrania.

Esto no resolverá todos los problemas que se han acumulado durante décadas de dominación militar. Pero debemos empezar por cortar el acceso del ejército a los aviones, las bombas, las balas, los equipos de vigilancia y otras herramient­as de represión importadas. Queremos paz, prosperida­d y un futuro verdaderam­ente democrátic­o para todo el pueblo de Myanmar, libre de la dominación militar. Pero mientras los ingresos del gas fluyan, también lo hará la sangre del pueblo de Myanmar.

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