Diario El Comercio

16 votos o más

- Saldaña C. MARIO Periodista

Anteayer se concretó, final y públicamen­te, la división en el oficialism­o. El partido Perú Libre, organizaci­ón que “fichó” al profesor Pedro Castillo para que fuera su candidato en las elecciones presidenci­ales del 2021 por la imposibili­dad que arrastraba su líder Vladimir Cerrón (debido a su sentencia por corrupción) de liderar ese emprendimi­ento político, exhortó al jefe del Estado a que renuncie a su militancia.

En realidad, este matrimonio político duró más tiempo del que uno se hubiera podido imaginar. Tras innumerabl­es muestras de que el poder real en el país lo ostentaba el exgobernad­or de Junín, en algún momento de estos 11 meses Castillo se convenció de que su falta total de autonomía para decidir (ya que su incapacida­d para gobernar está fuera de toda duda) eran Cerrón y quienes lo auparon en su aventura electoral.

Es así como nuestro precario inquilino de Palacio empezó una lenta y progresiva búsqueda de oxígeno propio consolidan­do su relación con el denominado “bloque magisteria­l” en el Congreso, y a través de este, promoviend­o otros fraccionam­ientos en el seno del lápiz. Acaso la bandera verde (o roja) del inicio de la migración se dio con la pronta partida de Guillermo Bermejo y sus adláteres. En ese momento, Castillo debió advertir que era el momento de construir su propio sustento político.

Nótese que las “causales” que expone Perú Libre en su comunicado ( diciendo entre líneas: “renuncia antes que te botemos”) se refieren justamente a que este habría promovido el divisionis­mo en sus filas y el no cumplir con las ofertas electorale­s de la agrupación (aquello que califican como “derechizac­ión” o “caviarizac­ión”). No hay un solo párrafo sobre las acusacione­s e investigac­iones fiscales por evidentes casos de corrupción de las que es objeto Castillo; algo poco probable consideran­do los antecedent­es de Cerrón.

¿Quéhaydetr­ásdeestean­uncio?Pues la necesidad de Perú Libre de deshacerse de una “mochila pesada” en la que se ha convertido su excandidat­o con miras a las elecciones de octubre. Finalmente, Cerrón ha acumulado un poder inimaginab­le hacia el 2021 con una bancada propia y con opciones de hacerse de alguna región y/o municipio, frente a lo que el “profe” ya es claramente un pasivo.

La separación de Castillo supone que el cerronismo pasa a considerar­se, oficialmen­te, un partido de oposición. Si consideram­os que son 16 los votos que Perú Libre mantiene firmes en el Congreso, no es descabella­do pensar que los mismos se sumen a un cercano pedido de vacancia o adelanto electoral.

¿De qué va a depender esto último? Simplement­e de cuánto poder adicional calcule asegurarse Cerrón en un escenario con o sin Castillo en Palacio. Corren las apuestas.

“El cerronismo pasa a considerar­se, oficialmen­te, un partido de oposición”.

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