¿Inflación después de la política monetaria?
El Fondo Monetario Internacional (FMI) “proyecta que el crecimiento mundial se desacelere del 6,1% estimado para el 2021 al 3,6% en el 2022 y el 2023”, así como “una inflación proyectada para el 2022 de 5,7% en las economías avanzadas y de 8,7% en las economías de mercados emergentes y en desarrollo”.
Este incremento en la inflación es grave porque disminuye el poder adquisitivo de las familias y beneficia a quienes abusan de la volatilidad en los precios y la poca información que tienen los consumidores.
Durante los últimos meses, hemos observado incrementos significativos en las tasas de interés para poder frenar la creciente inflación en varios países, pero está lejos de ser suficiente y puede convertirse en un obstáculo para crecer y para generar las urgentes condiciones de bienestar que tanto dañó la pandemia.
Además, algunas potencias modificaron sus políticas económicas para incentivar industrias que sustituyeran las importaciones, la parálisis por la pandemia modificó las cadenas de suministro y las alteraciones en la vida productiva ocasionaron serias fluctuaciones en el valor de los combustibles y las materias primas.
Para enfrentar esta compleja situación, se requiere que los gobiernos desarrollen una estrategia inteligente, innovadora, incluyente e integral. Para combatir la inflación necesitamos más que política monetaria.
Los gobiernos nacionales y locales tienen que ser líderes y ejemplos de austeridad. Deben hacer acuerdos con sus proveedores para que mantengan los mismos precios en el 2022 y el 2023 a cambio de que sus pagos se expidan de manera más rápida y así mejorar las condiciones de financiamiento.
No se le puede pedir a la gente que se ajuste el cinturón si nuestros representantes no lo hacen; en el 2023 no debe existir incremento alguno en los impuestos, porque el gobierno no debe ser quien lastime el ingreso de las familias. Por otra parte, la protección a los consumidores es indispensable. Se podrían establecer convenios para que los estados y municipios se conviertan en coadyuvantes en verificaciones y vigilancia, y para desarrollar micrositios y aplicaciones que permitan comparar precios en tiempo real.
Es urgente dinamizar las políticas de atracción de inversiones, que los gobiernos y legisladores realicen una seria y profunda simplificación administrativa e implementen políticas fiscal es como la deducción acelerada, que brinden condiciones de certidumbre, y desarrollen plataformas legales y financieras para la innovación y el emprendedurismo (como acaba de anunciar la OTAN).
Los países no están condenados a elegir entre inflación y tasas de interés, pero los gobiernos sí están obligados a pensar en soluciones más profundas y de largo alcance.
“Para combatir la inflación necesitamos más que política monetaria”.