“El Perú tiene una escuela de guitarra con sello propio”
El músico, compositor e investigador acaba de publicar un libro que narra el devenir musical peruano, desde tiempos prehispánicos hasta la actualidad.
Músico e investigador
“Escribir este libro ha sido un acto de responsabilidad”, dice el músico, compositor e investigador Javier Echecopar, quien ha culminado una tarea monumental: narrar la historia musical del Perú en ese cruce de caminos entre lo prehispánico y europeo. El resultado es un libro escrito con pasión, pero sin perder el sentido crítico y la reflexión; un texto que busca no solo dar a conocer el gran legado de las músicas indígenas y de las que se generaron en el Virreinato y la República, sino también trazar un camino de integración y reconocimiento mutuo.
El volumen –titulado “La música del Perú, tras los códigos de nuestras identidades culturales”– ha sido dividido en cinco movimientos como una sinfonía, y en cada uno de ellos Echecopar nos ofrece sus conclusiones y hallazgos, mientras va de lo andino a lo barroco, de la música culta a la vertiente popular, del recuento de instrumentos propios a narrar el mestizaje de aquellos llegados de España. Conversamos con el autor sobre estos descubrimientos.
— Titulas el libro en singular: “La música del Perú”: ¿estás planteando una especie de síntesis a futuro? Tal vez lo hice para ir preparando a la gente. Es decir, estuve a un paso de ponerle “Las músicas del Perú” como sería en realidad si pensamos en la costa, la sierra, la selva… Cada región tiene sus particularidades y resulta increíble cómo van variando a lo largo de nuestro territorio. Quizá con el tiempo, la encontremos, y eso será cuando toda nuestra música sea conocida y esté perfectamente documentada. Esa será la música del Perú. Este libro me ha llevado a varias cosas, pero la más importante es descubrir que cuando la jerarquía musical existente en el Perú precolombino se unió a lo que nos llegó de Europa, a través de España, dio como resultado algo muy potente... Pareciera que los Andes nos han dotado de algo muy especial: de poesía, de misterio, de metáfora, de ternura andina, Arguedas ya hablaba de eso. Además, está el sentido de la acústica. La arquitectura de Chavín, por ejemplo, estaba pensada acústicamente.
— Pareciera que la música peruana ha sido un continuo proceso de recreación. Así es, qué tal capacidad de innovación… Cuando uno comienza a entender la importancia de la música y la danza en el Perú precolombino puede comprender las razones por las que estas superarían a las de todo el continente… Ahora, ¿a dónde apunta el libro? Te diría que escribirlo ha sido un acto de responsabilidad… Cada vez es más claro que en el Perú estamos a la búsqueda de las dos matrices, de los dos mundos, y espero que este libro ayude a integrarlos. El hacerlo nos permitirá, sin dudas, ver la luz al final del túnel.
— Afirmas que Europa culminó con éxito su mestizaje musical, algo que el Perú no ha podido realizar. ¿Qué expresiones pueden allanar este camino?
Te puedo responder con un ejemplo que tenemos bajo nuestros ojos y es la marinera. La marinera viene de la jácara, pero también de las bulerías, del fandango europeo… A esas danzas populares aquí se les metieron los mundos afrodescendientes y andinos y comenzó a cuajar un género musical único que bebe proporcionalmente de las tres fuentes. La marinera, por eso, se baila en Puno, en Cajamarca, en Lima, en la selva, en todo el Perú. Es un ejemplo extraordinario… Por eso debemos asumir nuestra riqueza musical y no jugar más al avestruz… No podemos seguir divididos entre dos mundos.
— En el libro mencionas que la guitarra es la columna vertebral del mestizaje musical.…
El Perú es un país que tiene una escuela de guitarra con sello propio y dentro de sus múltiples aportes están el rasgueo, el chasquido, los deslizados y distintas maneras de transmitir los sonidos.
— Destacas el llamado temple baulín.
Ah, esa es una cosa maravillosa. Es la gran contribución peruana a la ejecución de este instrumento. Es una afinación ayacuchana que te permite alcanzar armonías mucho más hondas y de mayor amplitud y se aproxima a una forma de cosmovisión integral de la música andina. Es algo que he trabajado durante mucho tiempo de la mano de maestros como Raúl García Zárate, todos esos desayunos que tomábamos en su casa a inicios de los ochenta, o con el propio Manuelcha Prado.
El libro “La música del Perú, tras los códigos de nuestras identidades culturales” ha sido editado por Alarte, Música, Teatro y Literatura; Ayla, Centro Peruano de Música y Proyecto Bicentenario. Páginas: 624.
“Cada vez es más claro que en el Perú estamos a la búsqueda de las dos matrices y espero que este libro ayude a integrarlas”.