El creciente poder de Qatar
Los eventos deportivos de alto perfil reflejan en cierta medida lo que está ocurriendo en el sistema internacional. A inicios del 2022, Joe Biden dijo que nombraría a Qatar “Aliado Mayor No-miembro de la OTAN”, un nombramiento que Washington concede solo a socios muy especiales. Coincidían el inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, el boicot diplomático que EE.UU. y sus aliados llevaban a cabo contra esos juegos y la llegada de Putin a China como invitado especial. Todos los medios hablaban del respaldo político de Beijing a las “legítimas aspiraciones de seguridad rusas” (días antes de su invasión a Ucrania). Bien, pues el emir de Qatar llegaba también a China y dejaba en claro que sus lazos con EE.UU. no podían poner en riesgo sus intereses con Beijing.
Esta es solo una muestra de la política exterior que Doha ha desplegado en los últimos años. Gracias a su poder, Qatar se va convirtiendo en un actor cada vez más atractivoparatenerdesocio,yalavez,uno que pocos desean enfrentar. En cuanto a Rusia, Qatar y Moscú mantienen una relación basada en el pragmatismo. Doha tiene una importante inversión en Rosneft, la petrolera rusa. Por tanto, la posición del emirato en cuanto a la intervención en Ucrania ha sido expresar su defensa de la soberanía e integridad territorial ucranianas, pero no participar en las sanciones en contra de Moscú. Es cierto que el emir no desea contrariar a Putin, poner en riesgo sus inversiones y su política exterior. Pero, además, Qatar lo hace porque puede. Es decir, el emirato acaba de ser nombrado “Aliado Mayor No- Miembro de la OTAN” por Washington; podría pensarse que la Casa Blanca esperaría que el 100% de sus aliados estén completamente alineados en sus estrategias contra Rusia. Y, sin embargo, Doha se da el lujo de mantener sus equilibrios y exhibirlos a placer. Y es que Qatar está siendo visto por Occidente como una fuente alternativa para sustituir la energía rusa. Es imposible que esto ocurra en el corto plazo, pues el 85% de su producción de gas ya se encuentra contratada. Sin embargo, el emirato está ya invirtiendo miles de millones de dólares para incrementar esa producción en dos terceras partes para el 2027 y la mitad de ese gas podría ir a parar a Europa.
Pero hay otros factores, como las alianzas políticas y militares que ha tejido globalmente desde hace años y su capacidad de resistir ante quienes se le han opuesto. El interés de Qatar está no en ayudar a otros,sinoenincrementarsupropiopoder e influencia, y su capacidad para hacerlo y para mantener sus balances parece estar orillando a actores globales a asumir que no tienen alternativa sino coexistir con esos intereses.
“Doha se da el lujo de mantener sus equilibrios y exhibirlos a placer”.