Diario El Comercio

El creciente poder de Qatar

- Mauricio Meschoulam Diario “El Universal” de México, GDA –Glosado y editado–

Los eventos deportivos de alto perfil reflejan en cierta medida lo que está ocurriendo en el sistema internacio­nal. A inicios del 2022, Joe Biden dijo que nombraría a Qatar “Aliado Mayor No-miembro de la OTAN”, un nombramien­to que Washington concede solo a socios muy especiales. Coincidían el inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, el boicot diplomátic­o que EE.UU. y sus aliados llevaban a cabo contra esos juegos y la llegada de Putin a China como invitado especial. Todos los medios hablaban del respaldo político de Beijing a las “legítimas aspiracion­es de seguridad rusas” (días antes de su invasión a Ucrania). Bien, pues el emir de Qatar llegaba también a China y dejaba en claro que sus lazos con EE.UU. no podían poner en riesgo sus intereses con Beijing.

Esta es solo una muestra de la política exterior que Doha ha desplegado en los últimos años. Gracias a su poder, Qatar se va convirtien­do en un actor cada vez más atractivop­aratenerde­socio,yalavez,uno que pocos desean enfrentar. En cuanto a Rusia, Qatar y Moscú mantienen una relación basada en el pragmatism­o. Doha tiene una importante inversión en Rosneft, la petrolera rusa. Por tanto, la posición del emirato en cuanto a la intervenci­ón en Ucrania ha sido expresar su defensa de la soberanía e integridad territoria­l ucranianas, pero no participar en las sanciones en contra de Moscú. Es cierto que el emir no desea contrariar a Putin, poner en riesgo sus inversione­s y su política exterior. Pero, además, Qatar lo hace porque puede. Es decir, el emirato acaba de ser nombrado “Aliado Mayor No- Miembro de la OTAN” por Washington; podría pensarse que la Casa Blanca esperaría que el 100% de sus aliados estén completame­nte alineados en sus estrategia­s contra Rusia. Y, sin embargo, Doha se da el lujo de mantener sus equilibrio­s y exhibirlos a placer. Y es que Qatar está siendo visto por Occidente como una fuente alternativ­a para sustituir la energía rusa. Es imposible que esto ocurra en el corto plazo, pues el 85% de su producción de gas ya se encuentra contratada. Sin embargo, el emirato está ya invirtiend­o miles de millones de dólares para incrementa­r esa producción en dos terceras partes para el 2027 y la mitad de ese gas podría ir a parar a Europa.

Pero hay otros factores, como las alianzas políticas y militares que ha tejido globalment­e desde hace años y su capacidad de resistir ante quienes se le han opuesto. El interés de Qatar está no en ayudar a otros,sinoenincr­ementarsup­ropiopoder e influencia, y su capacidad para hacerlo y para mantener sus balances parece estar orillando a actores globales a asumir que no tienen alternativ­a sino coexistir con esos intereses.

“Doha se da el lujo de mantener sus equilibrio­s y exhibirlos a placer”.

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