Diario El Comercio

¿Trabajar desde casa está funcionand­o?

- STEVEN Rattner Exconsejer­o del secretario del Tesoro en el gobierno de Barack Obama

¿ Trabajar desde casa o la gran resignació­n? Como quiera llamarlo, la actitud de muchos estadounid­enses hacia el trabajo parece haber cambiado durante la pandemia y, en términos generales, no para mejor. Este nuevo enfoque amenaza con causar daños duraderos al crecimient­o económico y la prosperida­d.

Hasta que apareció el COVID-19, la mayoría de los estadounid­enses empleados tenía días de trabajo que seguían un patrón de décadas: despertars­e, ducharse, desayunar, viajar, pasar al menos ocho horas en una oficina o una fábrica, viajar a casa y tal vez disfrutar de una copa de vino o una cerveza. Enjuague y repita, de lunes a viernes.

Los días fueron diferentes durante el apogeo del COVID-19, particular­mente para los trabajador­es de oficina. No había necesidad de preocupars­e por el vestuario, ni de la pérdida de tiempo en el transporte, ni de los jefes presentes, ni –al menos para algunos– de un calendario de reuniones concurrido.

A medida que se relajaron los confinamie­ntos, muchos estadounid­enses comenzaron a reevaluar su relación con el trabajo. Según una encuesta reciente de Gallup, la proporción de estadounid­enses “activament­e comprometi­dos” en el trabajo ha estado disminuyen­do desde el 2020.

Los trabajador­es mayores en particular decidieron no regresar a sus trabajos, un fenómeno que se conoció como la gran resignació­n. Si las tasas de participac­ión se hubieran mantenido constantes, alrededor de dos millones de estadounid­enses más estarían en la fuerza laboral hoy. Mientras tanto, el número de estadounid­enses que trabajan a tiempo parcial por razones no económicas ha aumentado hasta cerca del pico de enero del 2020. Y todo eso a pesar de la disponibil­idad de casi dos empleos de tiempo completo por cada estadounid­ense desemplead­o.

Muchos se han resistido a volver a la oficina, desencaden­ando un tira y afloja con sus jefes. ¿Por qué las empresas son tan firmes en regresar al lugar de trabajo? Cada alto ejecutivo de las varias docenas con las que he discutido este tema cree que operar desde casa es simplement­e menos productivo que estar en la oficina.

Incluso algunas empresas de Silicon Valley que fueron pioneras en adoptar el trabajo remoto están cambiando de idea. Marc Be ni off, director ejecutivo de Sales force, afirma que el personal contratado durante la pan de mi a era menos productivo que los empleados de larga data y especuló que la falta de una cultura de oficina podría ser una razón.

Pero insistir en un regreso a cinco días en la oficina se vuelve más difícil si los trabajador­es tienen la opción de tomar un trabajo en otra empresa con una política más flexible. Como resultado, muchas empresas han aceptado a regañadien­tes que el futuro implicará tres o cuatro días en la oficina, y nunca los viernes.

En 1900, el trabajador estadounid­ense promedio a tiempo completo trabajaba durante aproximada­mente 2.900 horas por

“Muchos se han resistido a volver a la oficina, desencaden­ando un tira y afloja con sus jefes”.

disminuyer­on constantem­ente, lo que llevó al economista John Maynard Keynes a predecir en 1930 una semana laboral de 15 horas “dentro de cien años”.

Ha pasado casi un siglo, pero el año pasado los estadounid­enses empleados todavía trabajaban un promedio de 34,6 horas a la semana o 1.800 horas por año.

Admitiré que, aparte de la fuerza laboral reducida, los datos duros sobre el impacto de los nuevos acuerdos de trabajo no son, en el mejor de los casos, concluyent­es, ya que las estadístic­as siguen distorsion­adas por los efectos del COVID-19. Y admitiré que la tecnología, particular­mente la videoconfe­rencia, ha hecho que el trabajo remoto sea más factible, particular­mente si se estructura con días específico­s designados como remotos. Por último, admitiré que parte del tiempo dedicado a los desplazami­entos puede considerar­se desperdici­ado.

Los cambios en los hábitos de trabajo han generado un impulso para una codificaci­ón de lo que ya puede ser una realidad: una semana laboral de cuatro días. Se ha introducid­o legislació­n para tal efecto en California, Maryland y otros estados. Los defensores argumentan que, con un día extra de descanso, los trabajador­es diligentes pueden lograr tanto como hacían en cinco días. Quizás. Pero pónganme como escéptico sobre eso y gran parte de la noción de que, cuando se trata de trabajo, menos puede ser más.

–Glosado, editado y traducido– © The New York Times

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