¿Modernizar o reformar la PNP?
Esta disyuntiva ha guiado uno los debates más controversiales entre quienes estudian los problemas de seguridad en el Perú. Hay quienes sostienen que no se requieren reformas profundas en la policía y que lo que hace falta es modernizarla para buscar más eficiencia y eficacia.
Por el contrario, hay quienes sostienen que la policía requiere una profunda reforma: que se revise su estructura, el marco normativo, sus responsabilidades y funciones, antes de iniciar su modernización.
Pero no, no hay disyuntiva. Se requieremodernizaryreformar.
Las “Bases para el fortalecimiento y la modernización de la Policía Nacional del Perú al 2030”, presentada por el gobierno de transición, es clara al plantear las principales líneas de modernización que se requieren implementar.
Entreellas,resaltanlanecesidaddefortalecer y modernizar los sistemas de bienestar policial y la infraestructura necesaria para el despliegue estratégico de la función policial. También implementar la adquisición y mantenimientodelequipamientooperativo y administrativo, así como la actualización e interacción de las tecnologías de la información y comunicación de la PNP. En efecto, son aspectos imprescindibles de la modernización para brindar una mejor atención a la ciudadanía y mejorar la lucha contra la inseguridad ciudadana y el crimen organizado.
Sin embargo, los aspectos relacionados al factor humano y a los estándares de integridad demandan una reforma profunda para que la modernización no caiga en saco roto.
En estos últimos meses, la corrupción de los altos mandos policiales ha sido noticia. Ya sea con adquisiciones fraudulentas de equipamiento de protección policial o para comprar los ascensos al grado de general. En los últimos dos años, tres excomandantes generales de la policía están siendo investiga dos por delitos asociados a la corrupción.
En el lenguaje policial, se habla del“sistema ”, haciendo referencia al mecanismo donde, desde abajo hacia arriba, los efectivos de menor graduación cumplen con entregar a algunos de sus jefes las cuotas o diezmos producto de sus actos ilícitos. Eso incluye desde el sencillo que se le cobra al informal para hacer taxicolectivo hasta un porcentaje de los gastos de inteligencia, de la venta del combustible o de las coimas obtenidas en las adquisiciones realizadas por las unidades ejecutoras policiales.
Se requiere una profunda reforma de los sistemas de integridad de la policía y el Ministerio del Interior. Debe reestructurarse la inspectoría general de la policía y debe crearse una especialidad de carrera en la PNP, con la autonomía y la independencia de las oficinas de asuntos internos de otras policías del mundo.
Debe también reformarse el sistema educativo:basta con pocas escuelas macror regionales donde se imparta educación de calidad, basada en competencias profesionales y que fomenten los valores humanos y éticos necesarios para la función policial.
La reforma de los sistemas educativos y de integridad son pilares indispensables en los que deben descansar la ética y la gestión policial, para que su eficiencia, eficacia y modernización produzcan resultados positivos para los ciudadanos y el país.
“Se requiere una profunda reforma de los sistemas de integridad de la policía y el Ministerio del Interior”.