Diario El Comercio

Héroes y emprendedo­res

- ALONSO Cueto Escritor

Las pérdidas de vidas, de viviendas y de esperanza son parte de estos días agitados por las inundacion­es y los huaicos. Son muchas las historias de derrotas, pero también de respuestas y propuestas. Acostumbra­dos a los desastres, hace mucho que hemos encontrado formas de lidiar con la adversidad. Los héroes anónimos están a la vista.

El domingo pasado, en Ji ca marca, un grupo de enfermeras entró al Centro de Salud El Valle para rescatar las dosis de vacunas que iban a echarse a perder. En Piura, vemos fotos de pobladores cargando la mototaxi de un amigo a través del río. Bomberos que trabajan durante horas en el auxilio de familias aisladas. Ninguno de ellos se hará conocido ni menos reconocido.

“El aumento del bien en el mundo depende en parte de hechos sin historia”, escribió hace mucho George Eliot. Y si estamos aquí es debido al trabajo de muchas personas “que vivieron fielmente una vida oculta y que hoy descansan en tumbas que nadie visita”.

Por otro lado, aparecen los improvisad­os emprendedo­res.

Ante las calles saturadas de agua en algunos barrios, hay mujeres que ofrecen servicio de carretilla­s para trasladar de una vereda a otra a sus clientes montados sobre los fierros. El precio es de un sol y no faltan los pasajeros.

El recurseo es una virtud que nace de la falta de condicione­s de trabajo. Hace unos años, un técnico llegó a mi casa para examinar la lavadora. Nos dijo que se la tenía que llevar para repararla. Afuera había cuadrado su Volkswagen escarabajo. Cuando le preguntamo­s cómo haría para transporta­rla, nos dijo que no había problema. El hombre bajó la lavadora, sacó tres asientos, los puso en el techo y colocó la máquina dentro del auto. A los pocos días la trajo a la casa completame­nte arreglada.

Hace unos años, un amigo me dijo que su auto se quedó plantado junto a unos campos de maíz en Puno. No sabía qué hacer. Un camión se detuvo para ayudarlo. El chofer encontró una mazorca de maíz, le quitó los granos, la colocó en algún lugar del motor del auto averiado. Por obra de este milagro, el coche encendió y siguió su viaje con su aditamento especial, que duró allí un buen tiempo.

Hablando de recursos y emprendedo­res, puede verse una reaparició­n de muchos locales que se pensaba iban a extinguirs­e. Me refiero a las bodegas de barrio, bastante bien abastecida­s y con facilidade­s de pago virtual.

Otro ejemplo. En el Morro Solar, un grupo de ciclistas se reúne todas las mañanas para practicar su deporte montañero. En las inmediacio­nes, aparece un pequeño quiosco que les vende jugo de naranja. Pronto la oferta se extiende: hay venta de todo tipo de bebidas, líquido antiinflam­atorio para las lesiones de los ciclistas, curitas, gasas, algunos alimentos.

Los vendedores han establecid­o entre ellos y sus clientes ciclistas (se ven todos los días) un lazo esencial: la confianza. La confianza que puede existir en la economía informal (donde el casero es el aliado en una relación segura) es precisamen­te lo que falta en las relaciones entre la gente y muchas autoridade­s políticas, como es obvio.

Estos ejemplos son esperanzad­ores, pero también muestran las dificultad­es que tiene el Estado para incorporar a los emprendedo­resalsiste­ma.UnEstado más eficiente e inclusivo a lo largo de nuestra historia hubiera podido canalizar el emprendimi­ento natural para beneficio de todos.

La distancia entre ese emprendimi­ento y las posibilida­des de integrarlo a un sistema formal eficiente es una antigua tara que se hace notar más en tiempos de emergencia. Ese es el pacto que nos falta alcanzar, aunque sus actores estén actuando por su cuenta y riesgo. En tanto, seguiremos viendo casos de emprendimi­ento, recurseo y heroísmo anónimo.

“Son muchas las historias de derrotas, pero también de respuestas y propuestas”.

 ?? ILUSTRACIÓ­N: GIOVANNI TAZZA ??
ILUSTRACIÓ­N: GIOVANNI TAZZA
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Peru