¿Rescatados o botín de guerra? El drama de miles de niños ucranianos
Ucrania ha denunciado que más de 16.000 menores han sido enviados ● ilegalmente a Rusia para nacionalizarlos y arrancarles su identidad. Para el Kremlin, se trata de rescatar a niños abandonados. Por este caso, la CPI ya emitió una orden de arresto contra
“Yo no quería ir, pero nadie me preguntó”. Anya tiene 15 años y nació en Ucrania. Ahora vive en Rusia con su familia adoptiva. Hasta antes del estallido de la guerra, estaba bajo la tutela del Estado y residía en un albergue para menores en Mariúpol. Pero en menos de un año, se convirtió en ciudadana rusa. Durante el asedio ruso de este puerto, algunos de los niños que vivían con Anya lograron reencontrarse con sus padres o familiares. Ella no consiguió ubicar a su madre y junto con otros 16 menores del albergue se escondió en el sótano del orfanato.
Tras varios días de bombardeos, Anya y sus compañeros fueron evacuados. Subieron a una ambulancia rumbo a Zaporizhia, otra ciudad ucraniana. Pero en el camino, soldados rusos los detuvieron y pusieron a los niños en otro auto.
Any ay los demás terminaron en ciudades bajo control ruso, recibieron clases de patriotismo y fueron transferidos a la misma Rusia, donde los esperaban familias adoptivas. an ya ya tiene pasaporte ruso, vive cerca demoscú con sus nuevos padres, otros seis niños y dos perros. Dice que la pasa bien, pero que quiere regresar a Ucrania.
La historia de an ya, investigada por“Th eN ew York Times ”, es solo un caso de los miles de menores que se han convertido en rusos sin pedirlo, y que es la causa principal por la que la Corte Penal Internac ion al(c pi) ha emitido una orden de arresto contra el presidente Vladimir Putin y Maria Alekseyevna Lvova-belova, comisionada rusa para los Derechos de la Infancia, al señalarlos como “presuntos responsables” de la deportación ilegal de niños ucranianos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis secuestraron a unos 400.000 niños de países europeos con el fin de germanizarlos.
En la década de 1940, bajo el régimen de Josep Stalin, la URSS deportó a unos 50.000 griegos, entre ellos 28.000 niños, como parte de una limpieza étnica.
Según las autoridades en Kiev, más de 16.000 menores han sido trasladados desde Ucrania. Para ellos, se trata de un rapto sistemático de niños con el fin de rusificar los, desarraigarlos de su origen e identidad ucraniana, facilitándoles una ciudadanía exprés para colocarlos en familias de acogida, a quienes, además, se les paga incentivos para recibir a los niños.
Para la CPI, es un crimen de guerra autorizado por Putin y que podría llevarlo a la cárcel. Algo, hasta el momento, improbable, pues Rusia no es parte del estatuto de Roma y no reconoce la jurisdicción del tribunal internacional.el líder delkreml in solo estaría en problemas si viaja a alguno de los 123 estados que sí lo hacen.
—La otra cara de la medalla—
Las imágenes de estos niños bajando de aviones y siendo recibidos por las autoridades rusas con ositos de peluche parecerían más un ejercicio de propaganda para justificar la invasión que un acto de verdadera generosidad.
El Gobierno Ruso, no obstante, insiste en que se trata de caridad y preocupación hacia los menores, con el fin de darles una familia, en vez de dejarlos en situación de completo abandono.
Muchos de estos niños no necesariamente eran huérfanos en Ucrania, sino que estaban bajo la tutela del Estado porque sus padres no podían cuidarlos. Los ataques a muchos de estos orfanatos dejaron en una situación aún más vulnerable a menores que ya tenían una historia familiar partida.
“Trasladar o deportar por la fuerza a niños de Ucrania de forma permanente es un crimen de guerra y posiblemente un crimen contra la humanidad. Rusia tomó medidas para facilitar su ciudadanía rusa y poder adoptar rápidamente, lo que indica que sacar a esos niños de forma permanente es una cuestión de política estatal”, explica a El Comercio Marina Navarro, directora de Amnistía Internacional Perú.
—La rusificación—
Hasta mayo del año pasado, las leyes rusas prohibían la
adopción de niños extranjeros sin el consentimiento del país de origen. Sin embargo, ese mes, y ya en medio de la guerra, Putin firmó un decreto para facilitar la adopción y darles a los menores ucranianos la nacionalidad rusa.
El Kremlin defiende que muchos de estos niños vivían en las zonas anexadas, algo que no ha sido reconocido por la ONU.
Una reciente investigación de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale y el Conflict Observatory, una organización del Departamento de Estado de EE.UU., ha registrado al menos 6.000 niños ucranianos que han pasado por unos 43 centros, de los cuales 32 “se encuentran comprometidos en esfuerzos sistemáticos de reeducación con el objetivo aparente de integrar a los niños ucranianos en la visión oficial de la cultura y la historia rusa”.
Daria Gerasymchuk, comisaria ucraniana de Derechos del Niño, señaló a la cadena alemana Deutsche Welle que Rusia pretende utilizar a estos niños para “repoblar su nación”.
Un reciente informe de Infobae asevera que el presidente Putin está impulsando el pago de bonos para que las parejas rusas tengan más de un bebe, teniendo en cuenta la baja tasa de natalidad en el país.