En busca del paraíso perdido
Comentamos “La canción del Capitán Garfio” (Alfaguara, 2023), primera novela de Mario Ghibellini. Un relato sobre la infancia, la inocencia y la ternura asediadas por un futuro desolador.
La literatura peruana última parece tenerle alergia a la ternura: este sentimiento, abordado con maestría por autores como alfredobry ce y la urariesco, genera sospechasen la mayoría de escritores actuales, quienes aparentemente lo asocian con el edulcoramiento, la debilidad o la mera cursilería. Nada más falso, desde luego: concretar en palabras esa emoción demanda un delicado equilibrio que no se consigue solo con oficio, sino a través de un cimentado conocimiento de la experiencia humana, unido a una habilidad para presentarlo como un matiz posible dentro de la crudeza con la que lidiamos cada día. Mario Ghibellini (Lima, 1960), conocido analista político que publicó algunos cuentos de interés en los ochenta, no ha temido encarar el reto de construir una novela enfocada en la ingenuidad y la dulzura del mundo infantil, sin que eso aminore la carga trágica de las adversas situaciones que sus pequeñas criaturas deben soportaren desigual lid.
Es así como nos entrega su primer libro, “La canción del Capitán Garfio”, donde cuenta la historia deignacio, un niño lime ño de clase media acomodada que es aquejado por una grave enfermedad; ello produce que los adultos lo sobreprotejan a tal punto de hacerlo vivir entre la frustración y el aburrimiento. Un día su madre dispone que pase una temporada con sus tíos y sus primos, Rafo y Sabine, con quienes ha adquirido un compromiso: adentrarse en una extraña extensión abandonada para recrear la historia de Peter Pan, que tiene fascinados a los tres. Este argumento, en un inicio rutinario, adquiere pronto un relente dramático, pues Ignacio, aprovechando las circunstancias, decide dejar de tomarla medicación que mantiene su salud estable. ¿Porqué lo hace?ghibelli ni no nos lo aclara, pero lo intuimos: al igual que el célebre personaje de J.M. Barry,ignacio está cansado del restrictivo mundo de los mayores y, a su manera, opta por viajar a un extraterrenal País del Nunca Jamás en el que hallar la felicidad ausente.
Estoy dispuesto a creer que, así como Ignacio busca una arcadia, Ghibellinid ese a reflotarlas u ya: su relato, situado a principios de los ochenta, captura estancias, paisajes, olor es, objetos y costumbres con amor por los detalles y una refrenada nostalgia que le permite perfilar personajes creíbles y lejanos de la caricatura: la memorable tía Gisela, la adorable Sabine, el abusivo Chuncho Kessler. Una arcadia es un lugar en que el miedo y el dolor supuestamente han sido suprimidos; Ghibellinimetaforiza ello con inteligencia cuando monta en medio de la trama una ferial casa de los horrores donde Ignacio y su familia ingresan para experimentar un pánico artificial, paródico, que se desarrolla mientras el protagonista sufre un calvario privado, secreto y que no puede sino reservar un final terrible que el lector espera con anticipada desolación, muchas veces conteniendo el aliento.
“La canción del capitán garfio” es una novela escrita con esmero y belleza, diestramente estructurada, fresca y sencilla como un sueño retenido luego de traspasar la aduana del alba. mi único reproche es el final abierto, quizá algo abrupto, que pretendes e re pifá ni coy termina siendo excesivamente anti climático, sobretodo tras la expectativa queGhibelli ni ha conseguido infundir en sus receptor es. admito que esta podría ser la muy subjetiva opinión de un lector atrapado y luego soltado a suya el hecho de formularla dice bastante del hechizo que este cálido libro puede producir en sus consumidores.
“Ghibellini no ha temido encarar el reto de construir una novela enfocada en la ingenuidad y la dulzura del mundo infantil”.