“Hilvanando creación y crítica, los suplementos y revistas deben persistir”
¿Quéespacioytiempoquedanparalasrevistas y los suplementos culturales? Elespacioyeltiempodelaresistencia.no es la primera vez que el mundo enloquece por los fanatismos de la identidad y los delirios del poder. Hace cien años,elpaísmáscivilizadode Europacaíadócilmente,presa de un demagogo que predicaba no solo la exclusión del otro (como los de ahora) sino su exterminio. Y sin embargo, entre una hecatombe yotra,silbandofrentealabismo de la historia, en la Alemania de Weimar floreció la cultura. El mundo se hundió en la barbarie, pero el arte perduró.
Así ahora. Hilvanando creación y crítica, exigentes, cuidadosos, variados, plurales, los suplementos y las revistas deben persistir. Tarde o temprano, los pueblos aprenden el valor de la libertad. Y, al descubrirlo, encuentran la más alta expresión de esa libertad en la literatura y el arte.
Mientras esa conciencia permea en la mayorías, la labor de los suplementos culturales y las revistas literarias es fundamental. Quizá no mueven de inmediato las mentalidades pero convencen sutilmente, conquistando uno a uno a los lectores. Lejos de ver la irrupción de las redes sociales como una competencia opresiva, revistas y suplementos deben aprovecharlas imaginativamente. La calidad, la pertinencia, la autenticidad, el amor a la verdad abren camino al andar.
Si la teoría de las generaciones de Ortega es correcta, los más de 3.600 números de El Dominical han cubierto cuatro generaciones. Esa historia es la prueba: la política pasa, la cultura queda.
“Los suplementos culturales convencen sutilmente, conquistando uno a uno a los lectores”.