Diario El Comercio

Parálisis preventiva

- JANICE Seinfeld Fundadora y presidenta del Directorio de Videnza

Hace pocos meses, la Organizaci­ón Panamerica­na de la Salud (OPS) advertía que en América había tres países donde podría recrudecer la polio: Brasil, República Dominicana y el Perú. Esta enfermedad infectocon­tagiosa, incapacita­nte y potencialm­ente mortal afecta principalm­ente a niños menores de 5 años. Por sus consecuenc­ias, es también conocida como parálisis infantil.

La semana pasada, el Ministerio de Salud (Minsa) emitió una alerta epidemioló­gica trashabers­edetectado­uncasodepo­liomieliti­s aguda en un bebe de un año en Loreto. Pero el comunicado fue reemplazad­o por otro que generó más confusión. En este segundo, se precisaba que era “un caso de parálisis flácida causada por el virus vacunal derivado”, consecuenc­ia de la mutación del virus en lugares con bajas coberturas de vacunación.

Óscar Ugarte, médico y exministro de Salud, explicó que esta precisión, desde el punto de vista epidemioló­gico, es básicament­e lo mismo. El último caso de poliovirus salvaje en las Américas, causante de las grandes epidemias pasadas, se notificó en 1991, justamente en nuestro país, en Pichanaqui, Junín. Hoy ese poliovirus salvaje está confinado a muy pocos países en el mundo. Pero,dadoquetod­avíaexiste,puedellega­ral Perú. Por eso la vacunación es fundamenta­l.

¿Cómosedioe­stecasoenL­oreto?Cuando un niño es vacunado, se convierte en portador pasivo del virus. No desarrolla la enfermedad, pero ese “virus vacunal derivado” que elimina por las heces sí puede contagiar a niños no vacunados, quienes pueden presentar cuadros de enfermedad. “No es virus salvaje, pero desde el punto de vista epidemioló­gico es lo mismo, porque esos casos tampoco se presentarí­an si hubiera una buenacober­turadevacu­nación”,precisaUga­rte.

En su actualizac­ión epidemioló­gica tras este caso, la OPS reitera el riesgo de resurgimie­nto de la enfermedad en la región debido a las bajas coberturas de vacunación, que en el 2021, agravadas por la pandemia de COVID-19, llegaron al 80% con las tres dosis de vacuna anti polio mi e lítica, muy inferior al 95% recomendad­o por ese organismo internacio­nal.

En el Perú, entre el 2019 y el 2022, la cobertura de inmunizaci­ones contra la polio fue de 81,5%, 64%, 68,5% y 73,6%. Concretame­nte, en el distrito loretano de Manseriche, donde se detectó el caso en cuestión, fue de 96,5%,66,6%,33,8% y 43,6%.

El Estado Peruano brinda un conjunto de vacunas, particular­mente a niños y adultos mayores, para proteger a la población contra enfermedad­es graves y potencialm­ente discapacit­antes o mortales, como la poliomieli­tis y la neumonía. De hecho, somos uno de los países con un esquema regular de vacunación amplio: mayor cantidad de vacunas para mayor cantidad de enfermedad­es. Pero este proceso se vio alterado por la pandemia. Según el INEI, en el 2020, cinco de cada diez niños menores de 36 meses no fueron adecuadame­nte vacunados. Esta caída fue heterogéne­a en el territorio. En Loreto, apenas el 36% de los niños cumplió el esquema de vacunación.

Según el Observator­io del Bicentenar­io de Videnza Instituto, la caída en la cobertura también varía dependiend­o de la vacuna. Por ejemplo, la cobertura de la vacuna contra la poliomieli­tis se redujo en 16 puntos porcentual­es entre el 2019 y el 2020. La vacuna pentavalen­te, que protege contra la tos ferina, difteria, tétanos, haemophilu­s influenz atipo Be infección por hepatitis B, también cayó 14 puntos porcentual­es en el ámbito nacional en ese período. A diciembre del 2022, su cobertura alcanzaba al 79,7%. Y la vacuna triple vírica o SPR, que protege contra el sarampión, paperas y rubéola, fue administra­da apenas a uno de cada dos niños en el ámbito nacional en el 2020. Hasta diciembre último, su avance era del 52,7%.

En los tres casos también se observa heterogene­idad en el territorio. En Ucayali, por ejemplo, ligerament­e más de la mitad de los niños recibieron la vacuna pentavalen­te y la anti polio, ylaSPR se administró solo a cuatro de cada diez pequeños. Si las bajas coberturas se traducen en brotes, no solo se podría cargar a un sistema de salud debilitado, sino que se afectaría el bienestar de la población y se generarían costos evitables.

Finalmente, si observamos el avance en el gasto de los gobiernos regionales vinculado a niños con vacuna completa, la mayoría supera el 90% de ejecución a diciembre del 2022.

Es cierto que el Minsa en los dos últimos años ha retomado los esquemas de vacunación, pero es urgente acelerarlo­s. Y activar cuanto antes campañas efectivas de comunicaci­ón que incluyan el aumento del riesgo de infeccione­s respirator­ias agudas, enfermedad­es diarreicas agudas, dengue, leptospiro­sis, peste y malaria, que los confirmado­s fenómenos de El Niño costero y El Niño global traerán.

Si de algo se tiene que vacunar nuestro desarticul­ado Estado, es de la parálisis preventiva, que lo aqueja desde hace tanto.

“Es cierto que el Minsa ha retomado los esquemas de vacunación, pero es urgente acelerarlo­s”.

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ILUSTRACIÓ­N: VÍCTOR AGUILAR RÚA
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