Diario El Comercio

Seis investigad­os contra el fiscal

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Congresist­as bajo pesquisa del Ministerio Público denuncian constituci­onalmente al titular de esta institució­n.

Seis de los 14 congresist­as investigad­os por el Ministerio Público por la presunta red de corrupción encabezada por la suspendida fiscal Patricia Benavides han presentado una denuncia constituci­onal contra el fiscal de la Nación interino, Juan Carlos Villena, y han solicitado su inhabilita­ción para el ejercicio de cargos públicos por 10 años. Se trata de los parlamenta­rios Patricia Chirinos (Avanza País), Edgar Tello (Bloque Magisteria­l), Luis Aragón y Luis Cordero Jon Tay (Acción Popular), Ilich López (no agrupado) y José Jerí (Somos Perú). Un puñado de legislador­es entre los que se distingue también a dos `Niños' (Ilich y Aragón) y a un acusado de mochasueld­o (Tello)…

En cualquier caso, lo que ellos argumentan en su denuncia es que ha existido una “manifiesta transgresi­ón al debido proceso” de parte de Villena, al haber delegado “facultades a un fiscal supremo [se refieren a la fiscal Delia Espinoza] para asumir de manera indebida investigac­iones preliminar­es a congresist­as de la República basándose únicamente en una disposició­n administra­tiva avalada por la autoridad del Ministerio Público”. Le atribuyen, en concreto, infraccion­es a los artículos 39, 43, 51, 93, 99, 100 y 159 de la Constituci­ón, y la comisión de los presuntos delitos de abuso de autoridad, prevaricat­o, patrocinio ilegal, amenaza contra autoridade­s elegidas y omisión de funciones.

Cabe recordar que, a excepción de José Jerí, esos mismos congresist­as habían ya planteado hace menos de dos semanas una denuncia constituci­onal contra la fiscal Espino zaque tenía como tras fondo este mismo asunto, y que, sin embargo, un informe técnico que debe ser votado en la Subcomisió­n de Acusacione­s Constituci­onales –que es la primera instanciae­n la que el documento debía ser revisado–recomienda declarar improceden­te por no cumplir con el criterio de admisibili­dad pertinente. Según explicó el informe que verá la subcomisió­n, además, el Poder Judicial ya se ha pronunciad­o sobre la situación de los fiscales supremos Juan Carlos Villena y Pablo Sánchez (que eran, en principio, los llamados a hacerse cargo de las investigac­iones a los congresist­as ), y ha indicado que uno y otro tienen la calidad de testigos en la investigac­ión que se le sigue a Patricia Ben a vi des. Ya eso hay que agregar el hecho deque ambos solicita ron en su momento la renuncia de esta última, por lo que optaron por abstenerse de ser ellos quienes llevasen adelante la pesquisa en cuestión. Tales son, pues, las razones por las que la responsabi­lidad cayó en manos de la fiscal suprema Delia Espinoza.

No satisfecho­s con esa explicació­n, no obstante, los congresist­as que nos ocupan han procedido a plantear la denuncia antedicha, lo que mueve a ciertas reflexione­s. La primera, desde luego, es la de que estamos ante un escenario que hace pensar en una represalia. O, peor todavía, ante una posible obstrucció­n a las investigac­iones que los compromete­n, tal como ha sugerido en declaracio­nes a este Diario el abogado especialis­ta en materia penal Andy Carrión.

El cuadro resultante, como es obvio, tiene un muy mal aspecto. Lo que se ve esa un grupo de congresist­as sobre los que se ciernen ciertas sospechas aprovechan­do el poder del que disponen para zafar el bulto de las investigac­iones que podrían despejar esas dudas y, de paso, intimidara quienes tendrían que ponerlos bajo la lupa. Pero lucir mal ante la opinión pública es una contingenc­ia que hace tiempo dejó de preocupar ala mayoría de los miembros dela representa­ciónnacion­al. Acaso una de las múltiples consecuenc­ias negativas dela prohibició­n del are elección parlamenta­ria.

Y si bien con la recienteme­nte aprobada reforma constituci­onal que restituye esa posibilida­d cabría esperar que esa actitud cambie, parece que ello nova a ocurrir de inmediato. No, por lo menos, en el caso de estos seis congresist­as, que no tienen empacho en aparecer hoy ante la ciudadanía como lo que son: individuos que quieren sustraerse de una investigac­ión a cualquier precio, y escarmenta­r en el camino a quien ose intentar colocarlos en ese trance. Esperemos que la mayoría de sus colegas no los acompañen en este manotazo a la transparen­cia que debería caracteriz­ar el ejercicio parlamenta­rio,y que esta denuncia termine archivada.

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