La fe, lo último que se pierde

Con: Yessica Rodriguez.

Cuando Judas Iscariote hizo conciencia de la magnitud de la traición a su maestro Jesús, desesperado buscó un lugar para suicidarse, encontró un árbol, cogió una soga, la ató a su cuello y se colgó. Así terminó el más ilustrado de los apóstoles de Jesús.

Se cuenta que una niña de pocos años, al escuchar esta historia, le dijo a su mamá: ¿Y por qué no fue a ver a la virgencita? Ahí dejo este párrafo.

Cuando sentimos que ya no podemos más con el peso del vaso que llevamos, se aconseja dejarlo por un momento para recuperar fuerzas y luego seguir con el mismo peso. La pregunta es:¿hasta cuándo? ¿hasta dónde?

Y la respuesta es: hasta que tú puedas, hasta que tú decidas. Hay una parte de la vida del águila que no se conoce mucho. Esta, cuando le crecen mucho sus garras y su pico debe decidir, que sus garras se le incrusten en sus patas, y su pico perfore su pecho, o irse a una montaña, romperse sus uñas y pico dándose ella misma golpes contra la roca.

Se dice que los sonidos de dolor que emite esta ave ensordecen a cualquiera que pudiera oírla.

Pasa mucho tiempo en la montaña sanando sus heridas y esperando a que nuevas uñas y pico le crezcan.

Luego del inmenso dolor provocada por ella misma para su supervivencia y ya restablecida, sale, vuela y vive la otra mitad de años que le queda por vivir.

Sin duda una lección de vida para nosotros, que estamos tal vez sufriendo dolores de muerte por nuestras propias “uñas y pico” y que debemos decidir entre morir poco a poco por nuestra propia decisión o vivir para gozar nuestra propia redención.