Prensa Regional

Posible para Dios, posible para el hombre (II)

- POR: PASTOR CASH LUNA

Por favor, nunca deje de buscar la Palabra de Dios. Más que fijarse en el mensajero, ponga su atención en la Palabra. Usted sabe que en uno de los momentos más difíciles de mi vida, iba en el carro, yo trabaja en una compañía y estaba a punto que me despidiera­n porque no lograba concretar las negociacio­nes que tenía que hacer, y Dios me habló a través de una cartulina que una persona decidió ponerla en la parte de atrás de un pick-up. Cambió mi vida, las circunstan­cias y los resultados. Dios me habló. Él te ha hablado de muchas formas, en los momentos clave siempre está cerca, y hay una Palabra que llega a tu vida. Atiende a la Palabra de Dios. Él le puede hablar a través de los niños.

Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo:Así será tu descendenc­ia.Y creyó a Jehová,y le fue contado por justicia. Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar? Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino.

Y empieza a hablarle de una ofrenda que tiene que traer delante de Dios. “Yo lo haré por ti,” le dice. Le pidió una ofrenda y ahí dice cuál fue. Este hombre obedeció. Una de las cosas más importante­s que todo ser humano tiene que hacer es obedecer. Él lo hizo, pero le pasó algo: Verso 12. Más a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.

El temor es uno de los mayores enemigos de la fe. El temor, el miedo, la duda sobrecogió a este hombre, lo atacó. ¿No le ha pasado que en los momentos cuando Dios ha dado una respuesta, nos hace dudar? El temor es algo que se levanta, nos hace dudar, nos hace pensar: ¿Será que Dios me va a sacar de esto? ¿Será que El tendrá una forma de responderm­e el día de hoy? Se tiene que enfrentar cara a cara con el temor, porque es como aquel ladrón que viene a robar la esperanza que tienes. ¿Qué sentirá? ¿Qué tan grande podrá ser el temor de una persona a quien hoy le pudieron haber diagnostic­ado cáncer? Se vuelve muy grande. El temor se vuelve grande. Pues ese temor sobrecogió a esta persona, y tuvo que batallar contra eso. El temor tiene el poder de anular la Palabra que Dios te ha dado, te hace dejar de caminar bajo esa voluntad de Dios. No le des paso al temor.

¿Habrá algo imposible para Dios? ¿Será que Él no tiene el suficiente poder al día de hoy para dar una respuesta sobre su vida? Lo que pasa es que dentro de usted hay un Abraham y una Sarah. Lleva un Abraham ese es el espíritu que cree, que lee la Palabra, que se ejercita en el espíritu. Y Sarah es la que duda, que no cree.

Un hombre que está perdiendo su hogar, y la forma humana es tratar de manipular los pensamient­os de la mujer que dañó. La forma sobrenatur­al es creerle a Dios, porque El hará la restauraci­ón. La diferencia entre lo natural y lo sobrenatur­al es la creencia, la promesa a la que usted se aferró. Abraham se aferró a esa promesa, Sarah dudó. Háblele a esa parte interna, a esa alma que desfallece: “¿Habrá algo que Dios no pueda hacer?”. Eso usted se lo tiene que hablar, predíquese usted mismo.

¿Cuál es la voluntad de Dios sobre usted? ¿Lo sabe? Si no lo sabe, búsquela. Cuando la encuentre, aférrese a ella. Cuando lo haya hecho, asegúrese que se esté cumpliendo. Y el cierre es que tenga una evidencia que ya lo alcanzó. Vamos a suponer que yo soy Abraham y les quiero presentar a mi hijo Abraham. Cuando Dios lo habló siendo yo ya de muchos años, ya estaba muy viejo y mi esposa también, pero concebimos un hijo. Este es el resultado de mi fe. Porque debe existir una evidencia de lo que hemos creído. No hablo que soñamos, sino de algo que es una realidad. Nos desesperam­os y pensamos formas naturales, pero llega un momento en que ya no podemos. Donde termina la razón, comienza la fe. Cuando ya hicimos todo lo que tuvimos que hacer, ahí comienza la fe.

Esos señores tuvieron “n” cantidad de relaciones sexuales, pero desde el momento en que Dios les dio la promesa, la relación cambió. Por eso, Dios les cambió el nombre. ¿Por qué Dios esperó tanto? Porque estaba trabajando en el corazón de ese hombre del que tendría que salir una nación. A veces nos desesperam­os, pero Dios está trabajando para que cuando des a luz a ese Isaac, estés listo. Nunca aborte el milagro que lleva dentro, dele vida, no tenga miedo, no tenga temor y no se desespere, porque si Dios no lo cumple, busquemos otro Dios en quién creer. Pero hasta el día de Dios, El sigue en este lugar, sigue inclinando su oído a aquellas personas que le siguen creyendo, porque llegará el día en que tendrás un testimonio de las promesas de Dios para ti.

Lo puso en el huerto para que lo labrara y lo guardase. Le dice: Fructi cate y ejerce dominio sobre ella..!

Fin ...

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