Prensa Regional

El escenario impensado

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Varios lo piensan, pero nadie se atreve siquiera a descifrar el escenario impensado que habría detrás de casi todas las encuestas: ¿Qué tan probable es que los dos candidatos de izquierda pasen a la segunda vuelta y qué pasaría si ello ocurriera?

Tantas encuestas, con diferentes porcentaje­s y ubicacione­s distintas de los candidatos, es como para desconfiar de ellas. Sin embargo, creo que para ser justos es importante reiterar algunas cosas que nos ayuden a separar la paja del trigo en torno a las encuestas.

En primer lugar, no se puede comparar una encuesta telefónica con un simulacro de votación. Los simulacros de votación son más certeros porque utilizan cédulas de sufragio y captan el voto real, mientras que la encuesta telefónica captura la intención de voto que no necesariam­ente termina siendo realista porque no detecta el error que pudiera incurrir el elector.

Por ejemplo, una persona puede tener la intención de votar por un determinad­o candidato y no recordar su símbolo o incluso marcar el símbolo equivocado, cuestión que sucede con el simulacro de votación. Otro aspecto que puede marcar la diferencia entre las encuestas- son las fechas y los días en que se toma la muestra porque pueden haber sucedido algo como un desafortun­ado traspiés de algún candidato o candidata. No intento defender a ninguna encuestado­ra, pero es necesario la aclaración para que el elector saque sus propias conclusion­es.

Dicho lo anterior, es clave resaltar que los simulacros más parecidos son las de CPI y la de Ipsos Perú que brindan resultados muy parejos en porcentaje­s y en el orden de los candidatos. En el caso de Datum, los resultados difieren porque fueron tomados mucho antes que se produjeran los debates.

De los simulacros puedo concluir: 1) la tendencia decrecient­e y acelerada de Lescano en 5% y de López Aliaga en 3%, y la tendencia creciente de Hernando De Soto en 8%, Verónika Mendoza en 2% y Pedro Castillo en 3.5%; 2) es más probable que pasen a la segunda vuelta los candidatos que tienen una tendencia creciente. Esta hipótesis se refuerza porque los electores en el tramo final tienden a votar a ganador o por alguien que bloquee al candidato que no le gusta; 3) si no pasa algo significat­ivo, al final del tramo de campaña, con los porcentaje­s minúsculos que tienen los candidatos que están en el pelotón de primera fila, los escenarios posibles de la segunda vuelta podrían ser: De SotoMendoz­a; De Soto- Castillo y Mendoza-Castillo.

Sin embargo, debo explicitar que las encuestado­ras no han detectado la dimensión real del ausentismo que en el 2020 alcanzó el 26% y que podría mantenerse o aumentar por el temor al contagio del Covid, afectando no solo los resultados finales de las elecciones, sino también podría perjudicar a algún candidato o candidata. La gran pregunta es a quién afectaría: ¿a los de izquierda o a los de derecha? ¿A los liberales o a los conservado­res?, y finalmente, ¿los perdedores reconocerá­n los resultados si pasan los dos candidatos de izquierda? El domingo lo sabremos.

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