Prensa Regional

Chau Bellido

- MAURICIO AGUIRRE CORVALÁN

La muerte del cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, se ha convertido en un problema mayor para el gobierno del presidente Pedro Castillo. Reacciones tardías, silencios elocuentes, escuetos mensajes en redes sociales y sobre todo balbuceant­es respuestas frente a una cámara de televisión, expresan mucho más de lo que las figuras más representa­tivas del gobierno no han podido decir. El caso más significat­ivo, por el cargo que ostenta y por los antecedent­es que se han hecho públicos, es el del premier Guido Bellido.

Recién 12 horas después, y desde Arequipa a través de una entrevista al canal del Estado, el premier Bellido habló sobre la muerte de Abimael Guzmán. No fue capaz de condenar el terrorismo de Sendero Luminoso y se limitó a decir, con evidente incomodida­d ante la pregunta, que “de manera institucio­nal el Ejecutivo condena actos de terrorismo…venga de donde venga”. En sus redes sociales, donde suele ser muy activo, mutis. Ni una palabra sobre el tema. Sólo un mensaje de saludo por el día de la familia al día siguiente.

Guido Bellido no es cualquier persona. Es la segunda autoridad más importante en el Ejecutivo después del presidente Pedro Castillo, y esta era la oportunida­d para deslindar de forma contundent­e con Sendero Luminoso y sus actos de barbarie, y así dejar atrás todo su pasado por decir lo menos amable con Abimael Guzmán y el Pensamient­o Gonzalo. Pero el premier no quiso hacerlo, aunque más pareció que en realidad no pudo decirlo. Si alguna virtud hay que rescatar, es que parece ser consecuent­e con lo que cree.

Pero el problema en realidad no es para Guido Bellido, es para el presidente Pedro Castillo, quien escribió en su cuenta de Twitter que el “cabecilla terrorista Abimael Guzmán (es) responsabl­e de la pérdida de incontable­s vidas de nuestros compatriot­as”, para luego señalar su condena firme e indeclinab­le al terrorismo, posición que remarcó durante su visita a Cajamarca el último fin de semana. Si bien se trata de un deslinde firme, su relación con el ConareSute­p, brazo magisteria­l del Movadef, y su obstinació­n en mantener en el gabinete al Ministro de Trabajo Iber Maraví y al propio premier Guido Bellido ponen en entredicho su enérgica postura contra el terror de Sendero Luminoso.

Es importante tomar posición sobre el salvajismo senderista que tanta muerte y desolación causó en el país, pero mientras los hechos no acompañen a los dichos, los resquemore­s y las interrogan­tes serán difíciles de superar. En ese sentido, mantener a Bellido y Maraví como ministros de Estado ya es insostenib­le.

Será muy difícil que el presidente Castillo de su brazo a torcer. Maraví es su hombre de confianza desde los años de la huelga magisteria­l junto a los docentes del Movadef, y Bellido es parte del frágil equilibrio político con su socio Vladimir Cerrón que parece no estar dis- puesto a poner el riesgo, al menos por ahora.

En ese escenario, el papel de la oposición en el Congreso será determinan­te. Va a ser interesant­e observar si por un tema de principios, y respeto a la democracia y a las víctimas de Sendero Luminoso, las fuerzas políticas están dispuestas a censurar al premier Guido Bellido, y correrse el riesgo de que un nuevo gabinete presione con una cuestión de confianza y así abra el camino al cierre del Legislativ­o.

En las próximas semanas sabremos quién se correrá el riesgo. Si el presidente Castillo a quebrar su sociedad con Vladimir Cerrón, o el Congreso a jugarse una posible y prematura disolución. Lo único cierto, eso sí, es que el tiempo de Guido Bellido terminó y ya no puede ser parte del Ejecutivo.

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