Un boricua planta bandera en Broadway
El actor de origen puertorriqueño Joel Pérez forma parte del elenco del exitoso musical de Broadway Fun Home La historia cuenta el proceso de crecimiento de una niña lesbiana hasta su adultez y obtuvo el premio al mejor musical nuevo en la reciente entre
Q Una de las responsabilidades más grandes que recaen -consciente o inconscientemente- sobre la industria del entretenimiento y la producción cultural lo es la representatividad de la diversidad social que existe entre quienes consumen sus historias, su música, sus espectáculos. Y si bien, no necesariamente se trata de una misión que deba interponerse con las inquietudes artísticas de quienes asumen la función social de ser los cronistas emocionales de su tiempo, es innegable que en la medida en que como individuos nos vemos representados en los medios y en los espectáculos, así serán muchos de nuestros modelos aspiracionales y nuestras nociones sobre lo que somos. Como siempre, el arte como gran espejo, sin más.
Si la comunidad latina en los Estados Unidos, por ejemplo, sólo aparece representada a través de personajes que perpetúan estereotipos negativos como “la latina sexy”, “el narcotraficante”, “la señora que limpia”, o “el pandillero”; difícilmente los niños y jóvenes que consumen esas historias podrán verse a sí mismos como algo distinto y ni hablar del resto de la sociedad que los seguirá estigmatizando, en ocasiones, sin darse cuenta. La mayoría de las veces, así ope-
ran los estereotipos y los prejuicios, casi sin darnos cuenta de que están dentro de nosotros. Sonará exagerado, pero así de contundente es la importancia de la representatividad y su vínculo directo con la construcción de prejuicios que llevan al discrimen y a la violencia.
Esto aplica a todos los campos y en la carrera del actor y cantante de origen puertorriqueño, nacido y criado en Massachusetts, Joel Pé
rez la primera vez que vio a alguien como él, la primera vez que identificó una historia como la suya, con personajes parecidos a su familia, fue también la primera vez que confió y creyó que en Broadway podría haber un lugar para él.
Recién se graduaba de Drama en Tufts University, luego de haber abandonado una carrera en medicina y ante la mirada poco alentadora de su familia que, como es natural, se preocupaban por las posibilidades que podría tener su hijo de ganarse la vida en el teatro. Pero la vocación era muy fuerte, y entre los ensayos para las obras de la universidad y tomar clases de química, era muy fácil saber dónde estaba su corazón. Así que una vez se graduó decidió hacer un corto viaje a Nueva York a explorar posibilidades y en ese viaje fue a ver el musical In the
Heights con música y letras de Lin Manuel Miranda y libreto de la ganadora del Pulitzer Quiara Alegría Hudes.
“Fue la primera vez que me vi en un escenario de Broadway, la primera vez que vi a mi familia y a personajes latinos que no eran matones”, recuerda el actor que en ese momento tomó la decisión que cambiaría su carrera para siempre y lo convertiría en lo que es hoy, un actor puertorriqueño que cada noche se gana la vida en uno de los espectáculos más aclamados de Broadway el pasado año: Fun Ho
me.
Se trata de una pieza que obtuvo el premio Tony al mejor musical nuevo en la pasada entrega de premios y que se destaca sobre todo por tratarse de la primera vez en la historia en que la protagonista es una mujer lesbiana que cuenta su proceso de crecimiento y aceptación. El musical se basó en la novela gráfica del mismo nombre escrita por Alison Bedchel y publicada en el 2006. Se trata de una obra autobiográfica que no sólo rompe con estereotipos sino que gira en torno a la figura del padre de la autora, un director de una funeraria que no consigue ha- cer las paces con su homosexualidad. Este personaje es interpretado por el reconocido actor Michal Cerveris y la adaptación al teatro musical -estrenada en el 2013- es obra de Lisa Kron (guión y letras) y Jeanine Tesori (música). En la pieza, Joel Pérez interpreta varios personajes, además de fungir como el capitán del cuerpo de baile y demostrar su talento interpretativo como cantante.
LA CIUDAD DE LOS QUE SUEÑAN. Pero antes de todo eso, era un chico recién graduado que en el 2009 decidió -como deciden tantos- mudarse a Nueva York a intentar convertir su vocación en un modo de vida.
De hecho, quizás fue una casualidad pero la noche antes de ir a ver la pieza, estuve en un restaurante en el que tanto la mesera como los dos comensales a mi izquierda y mi derecha eran actores. Todos hablaban de sus audiciones y todos trabajaban en distintos restaurantes y barras de la ciudad. Joel Pérez fue uno de ellos.
“Antes de mudarme a Nueva York en el 2009, no estaba seguro, no sabía si yo podría trabajar como actor en Broadway. No sabía si había historias de las que yo pudiera ser parte”, recuerda Pérez cuyo padre es de Arroyo y cuya madre es de Río Piedras.
Su contacto con In the Heights catapultó su decisión e inesperadamente en poco tiempo, terminó for- mando parte del elenco de la gira de este musical que fue crucial en la representatividad de la cultura latina -en particular la puertorriqueña y la dominicana- en los grandes escenarios del teatro musical estadounidense. De hecho, cuando la obra viajó a Puerto Rico, Joel Pérez quien siempre ha sentido muy cerca la cultura puertorriqueña y habla español, fue uno de los actores en escena. Antes de esto, recuerda con emoción, que su primer trabajo como actor pagado en Nueva York se lo dio la histórica compañía de teatro Pregones.
Su puertorriqueñidad no la cuestiona, mas sí reconoce y celebra la dualidad de identidades que lo conforman.
“Yo pienso que muchas veces la gente quiere ponerte una categoría y decir: eso es lo que tú eres y ya. Pero, ¿por qué uno no puede ser puertorriqueño y ser estadounidense? ¿Por qué no puedo ser bicultural? Siento un montón de orgullo y me encanta ser puertorriqueño y soy nacido y criado en Massachussetts y eso es parte de mi identidad también... Como actor, a veces, puede ser frustrante porque se piensa que sólo puedes ser una cosa. Hoy día si veo en una audición que el personaje es un estereotipo, usualmente paso esas audiciones”, reflexiona el actor, cuyo contacto con la música comenzó en su niñez tocando la batería y cantando junto a sus hermanos, en la iglesia en la que su padre era ministro.
Como tenía buenas notas y le gustaba estudiar siguió los consejos de tantos y entró a estudiar premédica, pero en poco tiempo en la universidad se integró a los coros y talleres teatrales y terminó actuando y reconociendo que no habría vuelta atrás. Sobre todo por la oportunidad de continuar contando historias que ayuden a otros a verse de la misma manera en que él se encontró alguna vez en el escenario y supo que en esa ciudad había un lugar para él. Lo confirma cada noche, cuando al finalizar una de las ocho funciones que realiza a la semana, se les acercan personas a contarles sus historias.
“Nunca pude decirle a mi familia que era lesbiana”. “Yo tenía un papá así”. Y una larga lista de historias que se encuentran frente al espejo del teatro.
“Muchas veces la gente quiere ponerte una categoría y decir: eso es lo que tú eres y ya. Pero, ¿por qué uno no puede ser puertorriqueño y ser estadounidense? ¿Por qué no puedo ser bicultural?”
JOEL PÉREZ
Actor