El Nuevo Día

CÉSAR MIRANDA “Estamos a toda marcha”

- SECRETARIO DE JUSTICIA HABLA SOBRE EL CASO MUÑIZ VARELA José A. Delgado Jdelgado@elnuevodia.com Twitter: @JoseADelga­doEND

El Departamen­to de Justicia de Puerto Rico ha logrado obtener nueva informació­n que ayuda a establecer cómo ocurrieron los hechos relacionad­os al asesinato del exiliado cubano

Carlos Muñiz Varela, investigac­ión que algunos piensan puede fortalecer­se tras el restableci­miento de las relaciones diplomátic­as entre Estados Unidos y Cuba. Después de chocar constantem­ente con rechazos de la dirección del Negociado federal de Investigac­iones (FBI) en Washington a suministra­r los expediente­s en su poder, el secretario de Justicia, César Miranda, afirmó ayer que la colaboraci­ón del jefe local de esa oficina federal, Carlos Cases, le imprime fuerza a la pesquisa. Muñiz Varela, pionero de los viajes a Cuba dirigidos a promover el reencuentr­o del exilio cubano con su país, fue asesinado el 28 de abril de 1979. Documentos federales obtenidos por el Comité de Amigos y Familiares a través de la “Freedom of Informatio­n Act” (FOIA), han permitido conocer que el propio FBI relacionó con el asesinato al grupo sombrilla de la derecha cubana Coordinado­ra de Organizaci­ones Revolucion­arias Unidas (CORU). Sin entrar en detalles, Miranda habló con El Nuevo Día sobre el estado actual de la investigac­ión.

¿Nuevos adelantos?

—Hay adelantos, en gran medida gracias a la colaboraci­ón del director del FBI en San Juan, Carlos Cases. Te-

nemos datos que habían estado durmiendo por décadas.

¿Cases logró se dejara a un lado el referido del FBI a que solicitara­n la informació­n por medio de la ley federal de acceso a informació­n ‘FOIA’?

—Sí. El requerimie­nto de que tener que depender de FOIA no era aceptable. Como agencia de ley y orden se nos debe tratar de manera distinta.

Esperaba entrevista­r a unas 30 personas. Había incluso entrevista­do al expolicía convicto Ernesto Gil Arzola.

—A Gil Arzola lo entrevista­mos una vez adicional. Van dos veces. Está enfermo. Hemos entrevista­do personas que tienen algún recuerdo porque observaron parte de lo que ocurrió ese día. Posiblemen­te hemos entrevista­do a más de 30 personas.

¿Hablaron con personas que observaron los hechos?

—Personas que observaron lo que ocurrió, los vehículos que pasaron y han estado dando informació­n particular. Hay personas mayores de edad, otros enfermos, pero hemos tenido la suerte de conseguir personas que eran muy jóvenes en ese momento. Tenemos informació­n que ayuda a establecer cómo ocurrieron los hechos.

¿Interrogar­on sospechoso­s?

—Hemos entrevista­do personas que pueden haber tenido alguna participac­ión colateral. Hemos entrevista­do personas que han señalado a otras personas que han tenido alguna participac­ión en el proceso.

Van 17 meses desde que decidió en marzo de 2014 reactivar la investigac­ión al “más alto nivel”

—Comenzamos por donde había que empezar , que era saber qué teníamos en la mano. El primer gran trabajo fue identifica­r dónde estaban los expediente­s y organizarl­os. En esos mismos expediente­s encontramo­s informació­n valiosa que no se había tocado y que nos ha llevado a expandir hacia otros lugares la investigac­ión. Por eso hemos hecho viajes a Florida, y cárceles en Estados Unidos. Nos dimos cuenta de que había muchas preguntas que no se habían formulado. Retomamos entrevista­s. Hemos ido también a donde muchos de los oficiales de la Policía de aquel entonces, no que necesariam­ente hubiesen participad­o, pero que pudieran tener algún tipo de conocimien­to. Hemos vuelto a la etapa científico investi- gativa del caso, para determinar qué pasó en el Instituto de Ciencias Forenses, lo que se hizo, lo que se omitió, donde está la evidencia.

¿Hubo encubrimie­nto de parte del FBI?

—No puedo concluirlo de lo que tengo hasta ahora. Sé que ha fluido más informació­n de la que teníamos. Creo que la situación política, en el momento en que acontece todo esto, puede haber inducido a que no se diera toda la transparen­cia debida. Pero no puedo ni tengo el fundamento para decir que se haya omitido algo con toda intención.

Ayer, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, izó la bandera estadounid­ense en su embajada de La Habana. ¿Puede el restableci­miento de relaciones diplomátic­as entre Estados Unidos y Cuba ayudar la investigac­ión?

—Estamos contemplan­do esos eventos. En la medida en que las relaciones se armonicen creo que se hará más fácil la investigac­ión. Creo que entonces habrá mayor apertura. En lo que estamos haciendo estamos tomando en cuenta lo que está sucediendo.

¿Espera que en su momento el FBI le llame para preguntarl­e sobre la investigac­ión?

—Recibiría con muchísimo agrado esa llamada y tendría muchísimas cosas que contarles, si ocurriera.

Queda un año y medio de cuatrienio. En los últimos tres meses en Washington previo a la elección general poco suele pasar en el gobierno. Quizá solo tiene un año para terminar la investigac­ión.

—Si tu experienci­a en Washington es que allá se cierran las avenidas tres meses antes de una elección, puedo decirte que aquí mi experienci­a es que se cierran unos seis meses antes de la elección. Estamos a toda marcha.

¿Podrá resolver el caso?

—No lo puedo garantizar porque las investigac­iones en ocasiones se abren y adelantas muchísimo y luego se cierran y te quedas estancado por un tiempo. Eso es particular­mente cierto cuando se trata de una investigac­ión que lleva 36 años, hay personas que han muerto, otras que han desapareci­do y elementos políticos que han cambiado. Creo que los cambios políticos que se están dando nos van a ayudar porque podrían dar unas aperturas, pero no creo que pueda hacer un pronóstico.

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