El Nuevo Día

Monumental­es retos en Mi Salud

La transición de los nuevos contratos de Mi Salud comienzan bajo un incierto panorama económico Sugieren mayores copagos, limitación en la cubierta y reducción de asegurados como posible solución

- Marga Parés Arroyo mpares@elnuevodia.com Twitter: @MargaPares_END

A dos días para que entren en vigor los nuevos contratos de la Reforma de Salud, los acuerdos entre el Gobierno y las cinco compañías de seguros de salud selecciona­das para correr la parte administra­tiva del Plan de Salud del Gobierno (PSG) por los próximos tres años se estrenan en arena movediza.

En los últimos meses, los retos financiero­s han marcado la gestión de la Administra­ción de Seguros de Salud (ASES), encargada de dictar las pautas, fiscalizar y velar porque los servicios de salud a cargo del ala gubernamen­tal se ofrezcan sin mayores contratiem­pos.

Pagos tardíos a los proveedore­s en los últimos meses reflejan cómo el repago de sus líneas de crédito con el Banco Gubernamen­tal de Fomento (BGF) se ha afectado por insuficien­cia de fondos. Mientras, la incertidum­bre financiera ante la posible pérdida del paquete de fondos federales ligados a la reforma de salud federal, mejor conocida como Obamacare, antes de la fecha programada en 2019 también es parte del frágil panorama económico que enfrenta la ASES.

Además, la corporació­n pública arrastra un déficit que ascendía a $59 millones para el pasado año fiscal y, por su débil situación económica, sigue rindiéndol­e informes mensuales al BGF.

“El problema ahora en la Reforma es que ya no hay manera de subsistir ante una cantidad de asegurados tan alta”, dijo Ibrahim Pérez, exdirector médico del Municipio de San Juan.

El imperio que representa el PSG, el cual abarca a casi 1.4 millones de asegurados, arranca una nueva etapa con contratos el próximo 1 de abril. Aunque los contratos para el plan Mi Salud tendrán una duración de tres años, la operación conlleva un impacto presupuest­ario inicial de $2,760 millones, la suma de las tarifas acordadas durante el primer año, según datos ofrecidos por la ASES.

Según el economista Vicente Feliciano, uno de los aspectos que más preocupa en los nuevos contratos de la Reforma es la ampliación de la cubierta por exigencias del Obamacare, lo que, según dijo, implica alrededor de $125 millones adicionale­s.

Las nuevas cubiertas de Mi Salud incluyen métodos anticoncep­tivos, servicios quiropráct­icos y trasplante­s de córnea, hueso y piel, entre otros beneficios adicionale­s.

Además, Feliciano advirtió que al ritmo en que se está gastando el bloque de $6,300 millones de fondos del Obamacare destinados a Puerto Rico, se estima que estos se acabarán para 2018, un año antes de lo previsto. Esto, dijo, dejará un hueco de $1,000 millones en las arcas de ASES.

Según el economista, la reducción de gastos gubernamen­tales y/o la imposición de copagos y deducibles más altos podrían cubrir ese vacío para asegurar la estabilida­d de Mi Salud.

El PSG siempre ha estado subfinanci­ado, pero ahora la situación es crítica y el peligro aumenta con el margen anual de ganancias de 2.5% que los nuevos contratos de ASES le permiten a las asegurador­as, señaló Pérez.

“AL BORDE DEL COLAPSO”. Según José Sánchez, de la Asociación de Laboratori­os Clínicos, cambiar de una asegurador­a (Triple-S) a cinco compañías a cargo de la administra­ción del PSG representa un gasto adicional de unos $300 millones.

“Hay que validar la población suscrita al plan porque el fraude y abuso (de personas que no cualifican, pero entran de forma fraudulent­a al PSG), más las ganancias de las asegurador­as van a acabar con esto (la Reforma)”, dijo Sánchez.

“Copagos es una medida de contención de gastos que limita el acceso”

RAFAEL TORREGROSA

Alianza Salud para el Pueblo “La preocupaci­ón es una cobertura ampliada que implica un gasto mayor, cerca de $125 milones adicionale­s”

VICENTE FELICIANO

Economista

Para el doctor Víctor Ramos, presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, los días de la Reforma de Salud están contados.

“No creo que aguante más de seis meses. Los CMS (los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid) tienen que asumir su responsabi­lidad y asignar fondos correspond­ientes (más altos) a la realidad de Puerto Rico. Estamos al borde del colapso”, aseguró Ramos.

El presidente del Colegio de Médicos comentó que otra posibilida­d es que se reduzca la cubierta del PSG a una más básica para reducir los gastos.

Jaime Plá, de la Asociación de Hospitales, lamentó cómo ha corrido la transición a los nuevos contratos, con retrasos en la contrataci­ón de los proveedore­s y en el ofrecimien­to de tarifas más bajas. Sugirió que la certificac­ión de los proveedore­s y la imposición de tarifas debería estar a cargo de la ASES, no las asegurador­as. De acuerdo con el economista José

Alameda, el financiami­ento es una parte importante de la Reforma que amerita se atienda con urgencia ya que, de lo contrario, continuará­n los atrasos en los pagos, entre otras situacione­s. Además, coincidió que aumentar deducibles y reducir servicios en Mi Salud podrían ser parte de la solución, así como evitar la sobreutili­zación de servicios y el fraude. Sin embargo, el doctor Rafael To

rregrosa, de la Alianza Salud para el Pueblo, recalcó que mayores copagos y deducibles provocaría­n interrupci­ones en los servicios médicos que necesitan los pacientes y dificultad­es de acceso entre los asegurados.

“Hay que buscar un modelo donde el dinero rinda más”, expresó Torregrosa, al comentar que en el modelo ac- tual el 33% del costo va a gastos administra­tivos. Según Torregrosa, urge que el gobierno recupere el control del sistema que recae actualment­e en las asegurador­as.

EL IMPERIO DE MI SALUD. Juntos, Mi Salud y Medicare componen casi el 80% del gasto anual de la industria de la salud y el 58% de todos los asegurados del País. Con unos 740,000 asegurados, en su mayoría suscritos a planes Medicare Advantage, el gasto anual de Medicare en Puerto Rico es de unos $5,870 millones.

“El sistema de la Reforma (de Salud) siempre ha sido el principal. Tuvo al 46% de la población en el año fiscal 2000-2001, su pico más alto (de asegurados)”, recordó Pérez.

La Reforma de Salud comenzó operacione­s el 1 de febrero de 1994 en la región noreste. Posteriorm­ente, continuó expandiénd­ose y para julio de 2000 ya abarcaba las diez regiones en que el País fue dividido originalme­nte para efectos de este sistema.

Anteriorme­nte, la fortaleza del sistema público de salud del doctor Gui

llermo Arbona se basaba en los Centros de Diagnóstic­o y Tratamient­o (CDT). Para 1992, justo antes del inicio de la Reforma, este sistema abarcaba el 60% de la población, a unas 2,160,000 de personas.

“En el sistema Arbona no había nadie sin seguro (médico) porque las personas no necesitaba­n una tarjeta (para recibir servicios de salud). Es con la Reforma que necesitan una tarjeta (de salud). Ahí es que surge ese 8% de personas no aseguradas que desnivelan la ecuación”, dijo Pérez.

Para poder ser elegibles a la Reforma de Salud, las personas tienen que cumplir con unos índices de pobreza. La Reforma marcó una brecha entre los elegibles al sistema, las personas con seguro médico privado, los asegurados de Medicare y los que no reunen los límites de pobreza para entrar al PSG, pero tampoco pueden pagar un plan privado.

“A lo largo de la Reforma hemos visto cómo el gasto sube, pero con menos asegurados”, señaló Pérez.

Según datos de la ASES, en los últimos diez años se ha notado una fluctuació­n de asegurados, con una leve tendencia a disminuir.

De acuerdo con la comisionad­a de Seguros, Ángela Weyne, las asegurador­as privadas están gastando más en beneficios a sus asegurados que antes. Los requisitos impuestos por el Obamacare para incluir una serie de beneficios en las cubiertas básicas de los planes médicos podrían explicar este aumento, señaló.

Según datos provistos por Weyne, durante el año natural 2014, los planes privados reflejaron $1,620,000,000 en primas suscritas, $1,406,000,000 en reclamacio­nes pagadas y $230,000 en gastos administra­tivos. El director ejecutivo de la ASES, Ri

cardo Rivera, no estuvo disponible para entrevista.

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