Crédito y progreso
Somos parte de un sistema económico donde la disponibilidad de crédito es fundamental para el progreso en todos los niveles: individual, empresarial y gubernamental. Y la base del crédito es la confianza. En el nivel gubernamental cualquier acción que trate de desviar la atención afecta la imagen y crea desconfianza; sería fatal para el país si nos ponen el sello de tramposos y mala paga.
En Puerto Rico, muchas personas, incluyendo líderes legislativos y otros ejecutivos gubernamentales, hacen expresiones con relación a la deuda pública sin considerar los derechos y obligaciones que se establecen en un contrato de préstamo entre el deudor y el acreedor.
La renegociación de los términos de la deuda es una buena alternativa cuando surgen dificultades y es una solución beneficiosa para ambas partes, pero conlleva condiciones adicionales impuestas por el acreedor que re- quieren ser aceptadas por el deudor. Cuando el deudor es el gobierno pueden surgir nuevas restricciones que afectan el servicio público. A veces es la única salida y hay que aceptar la píldora aunque sea amarga.
En momentos de crisis, quizás por la frustración, se expresan ideas o se asumen posiciones de tranque que pueden agravar la situación. Le hacen daño al país los que comentan que la deuda es impagable; los que pretenden renegociar la deuda imponiendo condiciones irreales; los que intentan legislar para cambiar las reglas de juego con retroactividad; los que se niegan a llegar a un acuerdo por egoísmo o por vendetas personales; los que culpan a los bonistas y a las casas acreditadoras como los causantes de la debacle financiera; los que se oponen a todo por razones políticas. No se puede seguir dando vueltas, es tiempo de ponerse de acuerdo y actuar con firmeza.
Luis Collazo, San Juan