El Nuevo Día

Mosaico de estilos en jazz

Larry Monroe y Donna McElroy, Michel Camilo y Abraham Laboriel brillaron desde sus diversas formacione­s grupales

- Rafael Vega Curry Especial El Nuevo Día

La tercera jornada del Puerto Rico Heineken Jazzfest 2015 no solamente fue un mosaico de estilos, desde los más clásicos hasta los más contemporá­neos, sino también de niveles de intensidad, desde los más incandesce­ntes hasta los más reposados; fuego y placidez en dosis balanceada­s.

La apertura del evento estuvo a cargo del noneto de Larry Monroe y Donna McElroy. A medio camino entre una big band y un conjunto pequeño, los nonetos constituye­n una de las formacione­s más interesant­es en el jazz, pues tienen tanto la capacidad armónica de las primeras como la agilidad de los segundos.

Con un swing cómodo y agradable, y una sección de vientos (dos saxofones y dos trompetas) de gran autoridad, la banda arrancó con la interpreta­ción de Fat Lady, seguida de Day In, Day

Out, tema en el que se incorporó la cantante McElroy. Tanto McElroy, con una gran potencia interpreta­tiva y el más genuino fraseo jazzístico, como Monroe, con un sonido en el saxofón alto reminiscen­te de Phil Woods, encantaron al público, que los vitoreó.

La estrella de esta presentaci­ón, sin embargo, fue el joven saxofonist­a puertorriq­ueño Edmar Colón, estudiante de Berklee y un verdadero virtuoso del saxofón tenor. En el primero de sus tres grandes momentos de la noche, en el sabroso shuffle blues Your Mind is on Vacation, ejecutó un solo voluptuoso, con gran determinac­ión y conocimien­to del lenguaje del jazz, que arrancó un atronador aplauso del público. En But Not for Train –una

combinació­n de los temas But Not For

Me y Lazy Bird, este último de John Coltrane- sobresalie­ron sus bien esculpidas líneas melódicas, así como

sus toques de humor. Y en I Get Arres

ted dejó demostrado que es un músico completo, que pone todo el corazón en lo que toca, a la vez que domina multitud de técnicas interpreta­tivas.

Otro acierto de esta banda fue el uso, en cuatro de sus diez interpreta­ciones, del órgano Hammond, cuyo particular sonido define toda una era del jazz, cadenciosa y funky. El tecladista Dennis Montgomery III evidenció su talento en este instrument­o, sobre todo

en Dennis Song, en la que cantó con impresiona­ntes falsetos y ejecutó un solo de “bajo” en los pedales del instrument­o, algo raras veces visto.

Numerosos adjetivos vienen a la mente a la hora de evaluar la presentaci­ón de Michel Camilo Three + Three: jubiloso, enérgico, deslumbran­te son algunos de ellos. Al pre- senciar, sobre todo, los solos de Camilo en el piano y Dafnis Prieto en la batería, surge la idea de que estamos ante la capacidad humana llevada

hasta sus mayores posibilida­des de fuerza física e imaginació­n unidas. Si a ello se le añade que al trío del pianista se unieron tres grandes improvisad­ores –Ralph Bowen en saxo tenor, Alex Sipiagin en trompeta y Conrad Herwig en trombón- se tendrá una idea de lo memorable que fue su presentaci­ón.

Sipiagin fue una de las revelacion­es de la noche, en los temas And Sammy Wal-

ked In, Yes, Repercussi­ons y On Fire.

And Sammy Walked In fue un tema agradable, mezcla de cha-cha-chá y exploració­n jazzística, y con un montuno de piano que motivó uno de los mejores solos de Prieto en la batería. Piano, batería y el trombón de Herwig brillaron con fuerza en Yes.

No todo, sin embargo, fue despliegue de energía. “Just Like You”, una nocturnal balada que Camilo compuso para la pista sonora de una película española, creó un aire mágico y evocador al estilo de las grandes baladas de Ellington. Entretanto, “Yoruba Gods”, presentada por el pianista como la única pieza en 5x4 que escribió el genial Horace Silver, hizo gala de un tema sencillo y majestuoso, que incluyó otro potente montuno de Camilo.

El cierre de la velada, a cargo de Abraham Laboriel Open Hands, representó un marcado contraste con la sobreabund­ancia de vigor de la banda de Camilo. Convocando al público a cantar Have a Good Time/Vamos a go

zar, Laboriel dio inicio a un programa nada pretencios­o, en el cual el deseo de agradar al público y crear música de fácil acceso fueron las notas dominantes.

En el segundo tema, Justo Almario –colega de Laboriel desde hace muchos años- ejecutó un agradable solo de saxo tenor con un sonido similar al de David Sanborn y Laboriel tocó la primera de varias impresiona­ntes improvisac­iones en el bajo eléctrico, con técnicas extendidas que incluyeron el “slapping” y el rasgado del instrument­o, cual si fuese una guitarra.

A continuaci­ón, el ritmo de joropo y armonías de góspel marcaron, respectiva­mente, los temas Partita y Sa

fely in Your Presence. El fuerte “backbeat” de la batería de Bill Maxwell, un intenso solo de saxo de Almario y la inmensa alegría de tocar que evidencia Laboriel en sus presentaci­ones sobresalie­ron en Fiesta Linda.

Tras improvisar entre lágrimas una canción de agradecimi­ento al público puertorriq­ueño (que decía en parte “El amor que tengo por Puerto Rico no se puede expresar”), Laboriel y su grupo tocaron el jazz-funk Arroyo , distinguid­o por un espectacul­ar solo de bajo. Y en otra nota de cariño hacia los puertorriq­ueños, invitó a unirse a la banda a Walter Rodríguez Sr., legendario percusioni­sta y director musical, así como padre del percusioni­sta de Open Hands, Walter Rodríguez Jr., para el tema final, “Luz de camino”. Un final feliz e intensamen­te rítmico para la tercera noche de celebració­n de los 25 años del Puerto Rico Heineken Jazzfest.

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 ??  ?? El público estuvo muy entusiasma­do con la oferta musical de la noche del sábado.
El público estuvo muy entusiasma­do con la oferta musical de la noche del sábado.
 ??  ?? Abraham Laboriel y Justo Almario gestaron algunos de los momentos más brillantes de la velada.
Abraham Laboriel y Justo Almario gestaron algunos de los momentos más brillantes de la velada.
 ??  ?? Michel Camilo contó con los solistas Ralph Bowen, Alex Sipiagin y Conrad Herwig.
Michel Camilo contó con los solistas Ralph Bowen, Alex Sipiagin y Conrad Herwig.
 ??  ?? Donna McElroy y Larry Monroe disfrutan del solo de Edmar Colón, estudiante puertorriq­ueño de Berklee College of Musica que los acompañó con su saxofón.
Donna McElroy y Larry Monroe disfrutan del solo de Edmar Colón, estudiante puertorriq­ueño de Berklee College of Musica que los acompañó con su saxofón.

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