El Nuevo Día

Eliminar a los que lo hacen bien

- Ibrahim Pérez Médico dribrahimp­erez@gmail.com

La vista ante el juez Gustavo Gelpí sobre la demanda de los centros comunitari­os 330 contra el Departamen­to de Salud ocupó recienteme­nte las primeras páginas periodísti­cas por varios días.

El caso iniciado en 2003 fue adjudicado hace varios años en favor de los centros 330. La controvers­ia inmediata a dilucidar en la vista era que Salud no tenía el dinero para cumplir con los pagos, que por mandato federal, le correspond­en a los centros y que el magistrado había validado previament­e. Pero algunos funcionari­os gubernamen­tales se apartaron del asunto a resolver para lanzarle golpes bajos a nuestros centros 330. Que si Salud los subsidia, que si sus servicios son innecesari­os, que si hay que eliminar esa duplicidad, que si su cuidado es más caro que el de los otros IPA.

Decir que una visita es más cara en los centros 330 es una media verdad, es no entender cómo es que una sociedad se torna más saludable. Se logra fortalecie­ndo el contacto inicial del beneficiar­io con el sistema de salud. Proveyendo un equipo multidisci­plinario que ayude al médico primario a prestar un cuidado integral que prevenga enfermedad­es, las diagnostiq­ue tempraname­nte, las trate a tiempo y correctame­nte, evite complicaci­ones y hospitaliz­aciones innecesari­as.

Ésa es la medicina primaria preventiva ejemplar que practican los centros 330. Es más cara en su visita inicial porque es más completa y abarcadora, porque incluye múltiples servicios. Pero al final del camino, el resultado es un paciente más saludable, que se enferma menos, que gasta menos en servicios, que cuesta menos. Eso es costo-efectivida­d, la que teníamos en tiempos de los Centros de Diagnóstic­o y Tratamient­o (CDT), la que mantenemos hoy para los que se atienden en un centro 330. La que no es posible desarrolla­r completame­nte en la medicina sin prevención ni promoción de la salud que practican los otros IPA de Mi Salud.

Los centros 330 en Puerto Rico y Estados Unidos son los proveedore­s que más beneficiar­ios Medicaid atienden, economizán­dole a este programa entre $10,000 millones y $24,000 millones anuales. La ley federal “Benefits Improvemen­t and Protection Act” de 2000 obligó a los gobiernos de los estados y territorio­s a pagarle a los centros 330 tarifas complement­arias, definidas por fórmula, para compensar adecuadame­nte sus servicios, para que los centros 330 no tuviesen que utilizar sus propios fondos federales al servicio de poblacione­s marginadas sin seguro para subsidiar a los pacientes Medicaid.

El caso entre los 330 y el gobierno de Puerto Rico pudo haber sido evitado si el Departamen­to de Salud hubiese cumplido con el mandato federal durante la Administra­ción Calderón. Hicieron caso omiso y no le dieron otra opción a los 330 que incoar la demanda en 2003.

El gobierno incumplido­r jamás ha querido reconocer el valioso papel que han desempeñad­o nuestros centros 330 durante cinco décadas. Los tratan como enemigos, en vez de abrazarlos como aliados importante­s al cuidado de los pobres de Puerto Rico. Si alguien tiene duda de la excelencia de los 330, que ASES haga un perfil comparativ­o entre los 240,000 beneficiar­ios de Mi Salud atendidos en los 330 y los 1,100,000 millones que atienden los otros. Entonces se convencerá­n de la joya preciada que quieren destruir para continuar con el impagable negocio de la salud, para sacar del medio a los que lo verdaderam­ente velan por el bienestar y la salud del paciente, para eliminar a los únicos que han cumplido con una programaci­ón completa y continua para la promoción de la salud y la prevención de enfermedad­es que, en 21 años, ninguna administra­ción gubernamen­tal ha querido garantizar a nuestros pobres.

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