La masacre educativa
Desde hace mucho tiempo y diferentes gobiernos (rojos y azules) hemos escuchado insistentemente que el sistema de educación pública debe reformarse. Todos y cada uno establece o explica de qué trata esa reforma. Que si más libros, que si más maestros, mejorar las plantas físicas de las escuelas, entre otros planes. De hecho todo suena muy lógico y necesario sin lugar a duda. Pero lamentablemente, todo han sido palabras y nada de acción. No les bastó que sus palabras quedaran en nada. Peor aún, se ha hecho todo lo contrario. Se ha masacrado la educación.
Prometieron reclutar más maestros para así no interrumpir el horario lectivo de los estudiantes pero por otro lado integran cursos eliminando plazas y haciendo más difícil la oportunidad de que los recién graduados de pedagogía logren conseguir trabajo. Prometieron libros, mejoras a los planteles y mejor atención a las necesidades de los estudiantes de educación especial pero por otro lado los niños continúan sin materiales y falta lo más básico para que nuestros niños tengan una educación de calidad.
La última masacre ha sido el cierre de escuelas a través de todo Puerto Rico. ¿Las razones? No hay matrícula, claro que ha habido una merma en la cantidad de estudiantes por escuela. Esa es la consecuencia de todas las acciones antes expuestas. ¿Quiénes han sido los culpables? Los cul- pables han sido cada uno de los que le han mentido a los niños y le han robado la oportunidad de una mejor educación y un mejor futuro.
Lo que hemos visto a través de los años es que se ha perdido el respeto y el valor hacia la educación. Aunque la masacre educativa no comenzó ahora, la realidad es que las acciones recientes han sido demasiado obvias como para que pasen desapercibidas. ¿Qué opinan del trato hacia los maestros? Ha habido reducción de plazas, menos beneficios y se ha perdido el respeto a la profesión más digna e importante que pueda tener una sociedad. Peor aún no tienen un convenio colectivo que les asegure los beneficios que con su esfuerzo y sacrificio a través de su trabajo y dedicación han adquirido. Gracias a Dios todavía contamos con la Asociación de Maestros de Puerto Rico, organización que se ha mantenido por más de 100 años defendiendo a la clase magisterial y trabajando por la educación del país.
Solo nos queda levantarnos como pueblo y exigir la educación que cada niño merece y que así nuestra constitución lo establece. Es imprescindible que cada escuela, cada comunidad, cada familia y todo Puerto Rico se levante para defender el derecho a la educación de nuestros hijos y de esa manera evitar la masacre educativa.
Caroline López Texidor, Guayama