Un festival para inventar y descubrir
Olimproviadas 2015 se celebrará desde hoy hasta el domingo, en Santurce, con la participación de artistas locales e internacionales
Para ser improvisador hay que seguir la intuición. Eso que nos hace actuar instantáneamente. Hay que pensar rápido y saber narrar con agilidad, hay que hacer las historias aparecer. La improvisación es como la magia.
Así la describe el improvisador argentino Gonzalo Rodolico, un hombre alto, con cara de clown, que a los 18 años decidió dejar a un lado sus estudios universitarios en ingeniería en sistema para adentrarse en un teatro de su natal Argentina, donde se inventó otros mundos.
Rodolico se encuentra por segunda vez en Puerto Rico para participar de
la cuarta edición del Festival Internacional de Improvisación Olimproviadas
2015 , que comienza hoy y concluye el domingo en el teatro Israel “Shorty” Castro, en Santurce.
El artista, además de ofrecer talleres de improvisación, presentará en este evento el unipersonal Impronauta , un viaje sin bitácora donde un clown dirigirá una embarcación que sacará a los espectadores de su cotidianidad.
“La idea es levantar las anclas y salir de viaje para donde nos lleve la corriente. La gente en barquitos de papel escribe o dibuja lo que quiera y eso son los disparadores a donde el payaso los lleva”, contó sobre su pieza de improvisación que presentará el domingo.
Además de este trabajo, Rodolico dirigirá junto a su compatriota Omar Argentino Galván el formato de improvisación Impro Big Band, donde 25 artistas del patio de diversas disciplinas estarán en tarima esperando por las instrucciones de los directores, quienes a través de señas los guiarán para construir una historia aún desconocida.
Este formato de Impro Big Band será la primera vez que se presente en la Isla. Se trata de una manera de improvisar surgida de la técnica Soun
dpainting, ideada por el estadounidense Walter Thompson, donde se compone una pieza a través de un determinado lenguaje de señas.
“Es una técnica que le permite al director en vez de seguir una partitura, componer la partitura en vivo y expresársela a sus artistas en vivo, que en este caso no solamente son músicos, sino que hay actores, poetas, pintores, dibujantes. Son alrededor de mil señas que permiten otra manera de improvisar a la forma que estamos acostumbrados, es un vuelo arriesgadísimo”, explicó Rodolico, quien junto a su mentor Argentino Galván, ha enseñado este formato en su natal Argentina y en otros países de América Latina.
Artistas de los grupos Teatro Breve, Y no había luz, Gente Decente, Liga Puertorriqueña de Improvisación Teatral (LIPIT) y ESOEZ formarán parte de esta gran improvisación colectiva que promete ser una experiencia única para el espectador, según informó la puertorriqueña Janibeth Santiago, una de las organizadoras del evento.
Santiago, quien pertenece a la LIPIT, comentó que además del Impro Big Band, esta cuarta edición de las Olim
proviadas se destacará por presentar varios unipersonales, una técnica de improvisación que está cobrando fuerzas en la Isla.
La actriz, en tanto, destacó que gracias a este evento, el cual es único en Puerto Rico, se han ido sumando grupos que practican la improvisación en el país, lo que falta es mayor apoyo del público.
“El espectador todavía se resiste un poco porque, lamentablemente, si no dicen malas palabras no van. A veces prefieren un stand up de malas pa- labras que la impro donde te vamos a contar una historia. Estoy segura que tan pronto alguien ve impro se enamora”, aseguró.
UN EJERCICIO DE LIBERTAD. Santiago, al igual que su colega argentino Rodolico, coinciden en que la improvisación es un ejercicio de libertad que te permite tener muchos sombreros simultáneamente, ya que un impro- visador escribe, dirige y actúa.
“La improvisación te pone en jaque constantemente porque estás trabajando del otro, para el otro y eso te expande porque te saca del yo compositor para ponerte en el compositor integral. Eso, me parece, que es una gran diferencia que tiene la improvisación con la actuación clásica de texto, independientemente del género, porque la improvisación pone al actor en una responsabilidad mayor porque es autor y director del contenido, ya no solo es intérprete. Es muy lúdico y es muy difícil aburrirse con la improvisación, es imposible aburrirse, porque está todo por descubrirse”, manifestó Rodolico.
Otro elemento que atrae al actor de esta manera de jugar y crear es que “se eliminan” los egos porque hay que trabajar juntos y halar para un mismo lado.
Santiago coincide con su compañero y agrega que otra ventaja que ofrece la improvisación es la libertad para explorar con el cuerpo ya que se carece de pocos o ningún elemento en escena.
“Siempre está ese elemento sorpresa de la creatividad y eso es mágico. Es rico y nunca te cansa”, compartió Santiago.
Pero los improvisadores e improvisadoras no son los únicos que dis- frutan con este formato, también lo hace el público que juega un rol fundamental en la creación, ya que es el que propone los temas.
“Muchas veces pasa que el espectador se pregunta si será escrito o improvisado”, dijo Santiago.
“Sí, creo que es porque la improvisación es como la magia, que la gente se pregunta cómo se hizo”, agregó Rodolico.
Ambos talentos enfatizaron que aunque este arte parece a simple vista como algo sencillo, se requiere mucho entrenamiento, agilidad, conocimiento y pasión.
“Es improvisación lo que se hace, pero no es para nada improvisado”, aclaró Rodolico sobre esta modalidad artística, arriesgada, donde siempre se está a punto de caer.