Defendamos la escuela de la comunidad
Imponer el cierre y consolidación de escuelas sin la participación de la comunidad para evaluar e identificar alternativas es un crimen social. El concepto de escuela de la comunidad se ha echado al zafacón para convertirla en la escuela del secretario de Educación. Se impide la democracia participativa para dar paso a la dictadura. Sin embargo, decenas de comunidades escolares se han levantado para defender su escuela, demostrándole al secretario que sus argumentos para cerrar y consolidar planteles no tiene nada que ver con mejorar el aprovechamiento académico, la retención escolar y la infraestructura.
Madres y padres, que conocen de cerca su es- cuela, rebatieron con evidencia los argumentos del secretario, quien no le presentó a ninguna comunidad escolar el análisis realizado y sus fundamentos.
El principio de la Ley 149 de que las comunidades “participen en el gobierno de sus escuelas” se sustituyó por una compañía privada, Boston Consulting Group, que sirve de guía al secretario para cerrar 580 escuelas en 5 años y así cumplir con los recortes que le pidió el gobernador. ¿Por qué no comenzó a recortar reubicando sus oficinas centrales en escuelas cerradas? Lo mismo puede hacer con las siete regiones educativas y los 28 distritos escolares. Para ahorrar, todas esas oficinas administrativas alquiladas se podrían reubicar en escuelas cerradas el año pasado o en escuelas con salones disponibles. De este modo, no sacrificas el servicio directo al estudiante que se ofrece en cada escuela.
Por otro lado, los más de 500 facilitadores nombrados en los distritos escolares se pueden reubicar en las escuelas sin tener que acudir a la eliminación de plazas de maestros, bibliotecarios, consejeros y trabajadores sociales. Esos son los cambios a los que el secretario de Educación se opone. Su prioridad ha sido proteger la estructura administrativa que consume el 50% del presupuesto del Departamento de Educación.
Las madres y padres defienden las expectativas de sus hijos de graduarse en la escuela que es parte de su vida, apoyan las actividades curriculares y extracurriculares y colaboran con mejorar la infraestructura. Defienden la escuela de la comunidad que, en muchas ocasiones, es lo único que dinamiza la vida social y cultural de un barrio o sector, y ofrece el lugar de encuentro comunitario para celebrar los logros de los estudiantes.
Para el secretario de Educación, políticos insensibles y otros sectores de la opinión pública, luchar contra el cierre de escuelas es un mero sentimentalismo de los que se oponen al cambio. Sin embargo, deben aprender que hay cambios que construyen y hay cambios que destruyen. El cambio que construye es aquel en el que la comunidad se levanta para defender su escuela.