Supere el tabú y hable
Cuando uno tiene una enfermedad terminal, a veces hay momentos en que tiene sentimientos que me parece sus seres queridos comprendan. Yo solo fui un “caso” pero hay muchas personas con condiciones similares que me han hablado. Sienten que sus seres queridos no les entienden lo suficiente, que no los llaman tanto o les excluyen de actividades a las que antes les invitaban.
¡Llámelas! ¡Invítelas! Si sienten que no pueden ir, se lo van a decir pero van a apreciar que ha pensado en ellas.
Es cierto que una persona con una condición seria pasa por varios estados de emociones y condiciones físicas. Usando mi propio caso debo decir que la quimioterapia es un proceso físicamente devastador. A veces no tenía suficientes glóbulos rojos y hubo transfusiones de sangre y/o inyecciones de medicamentos que me dejaron con un cansancio increíble y con dolores en las coyunturas como la chikungunya. Esperamos que los familiares y amistades entiendan que cuando uno pasa por tal experiencia, no habla mucho y es más brusco al expresarse, llamo “krispy”. ¿Es porque uno tiene coraje? Por supuesto, que no.
He escrito sobre la importancia de que la persona con una condición terminal sea lo más positiva que puede ser. A veces logramos ir a una actividad que nos gusta y que todavía podemos aportar. Esa es la terapia positiva que podemos proveernos a nosotros mismos y que otros nos pueden dar como una transfusión de cariño: algunos familiares y amistades.
Es importante sentirse como parte de la familia, el círculo de amistades o el vecindario. Es igualmente importante compartir algunos pensamientos sobre momentos de soledad y angustia con seres queridos.
Tristemente, en muchas sociedades creen que “¡De eso no se habla!” Queridos amigos, sí, de eso sí se debe hablar. La vida no es únicamente compartir en Facebook las fotos de uno o de las fiestas en que participamos. También es el compartir de las alegrías y de nuestros dolores y preocupaciones.