Incertidumbre en todos lados
Prolifera la palabra “incertidumbre” en el quehacer diario de la población y ésta coarta la capacidad para tomar decisiones sensatas, pues no se tiene la certeza de hechos reales o creíbles para sustentar las mismas.
Éstas son solo algunas de las preguntas que pululan en las mentes confundidas de muchos: ¿me despedirán del trabajo o me recortarán horas?
¿Descontarán más de mi cheque? ¿Podré ayudar a “la vieja”? ¿Cómo pagaré la escuela de los nenes? ¿Podré pagar la hipoteca ?
¿Cuánto será la cuenta de electricidad? ¿Y la de agua ? ¿Habré gastado ya lo que asigna Medicare?
Si es así, ¿cómo pagaré las medicinas?
¿Mi médico dejará de dar servicio al plan de salud que tengo?
Escuché que mi médico se va de Puerto Rico, ¿será verdad?
¿Podré pagar el préstamo del carro?
¿Podré seguir con el tratamiento médico?
¿Será posible que me den un préstamo en lo que consigo otro trabajo?
¿Subirán más los arbitrios? ¿Tendré clientes si la situación sigue así? ¿Cerrarán más bancos y cooperativas?
¿Podré pagar el hospedaje ? Mucha de mi familia se ha ido de Puerto Rico, ¿debo irme yo? ¿Cómo nos irá si nos vamos?
¿Dejo a “los viejos” solos? ¿Me cortarán la pensión?
Son demasiadas preguntas sin aclaración, son sobradas inquietudes para muchos por lo que se hace difícil vivir y trabajar con alegría y entusiasmo.
A los líderes del Gobierno y de la sociedad les compete dirigir con certidumbre y con información racional y confiable.
Continuar con imprecisiones y ambigüedades no da buenos resultados bueno para nadie.
¡Ojalá que la incertidumbre no sea la causante de decisiones erradas con secuelas lamentables! Ojalá, ojalá...