El Nuevo Día

Llorarlo fue inevitable...

La entonación del clásico salsero La cuna blanca causó gran emoción al despedir al compositor y director musical Raphy Leavitt Sammy Marrero, cantante de La Selecta, despidió el duelo en nombre de la familia de quien más que su jefe, era su hermano

- Rosalina Marrero-Rodríguez rosalina.marrero@gfrmedia.com Twitter: @rmarrero1

“Lo que desconoce mucha gente es que Raphy siempre se entregó a su pueblo con respeto, con cariño, con bondad, y yo en mi capacidad de intérprete de sus canciones, he podido entender ahora realmente que no somos nada si no tenemos a Dios por dentro”

SAMMY MARRERO

Cantante “Siempre hay la posibilida­d de un cielo nuevo, de una tierra nueva, una tierra sin llanto, sin calor, sin IVU, sin accidentes, sin criminalid­ad, sin corrupción… un paraíso. ¿Puede Puerto Rico ser eso? Eso lo luchó Raphy”

MIGUEL TORRES

Sacerdote de la iglesia San Agustín

Tan fervientes fueron los deseos de vida eterna para el compositor y director musical Raphy Leavitt durante el sepelio en la tarde de ayer como el interés del público por que la orquesta La Selecta continúe su obra.

“¡Que viva Raphy Leavitt!”, fue una frase que se escuchó en varias ocasiones por parte de los fanáticos que se reunieron en el cementerio Porta Coeli en Bayamón para brindarle el último aplauso. A esa expresión le seguían otras igual de entusiasta­s: “¡Y que La Selecta siga!”.

La decisión en torno al futuro de la orquesta correspond­e a la familia de Leavitt, pero es evidente que tanto los cantantes y músicos como sus seguidores, están dispuestos a apoyarla.

“Nosotros como grupo hablamos y si la decisión es seguir, allí vamos a estar todos llevando el legado de Raphy Leavitt, un puertorriq­ueño intachable, así que si Dios permite, trataremos de seguir hacia adelante”, expresó el integrante más joven de la orquesta, Víctor Ramírez, poco antes del arribo de la comitiva fúnebre al camposanto.

Era la 1:00 de la tarde, pero el sol inclemente no le importó a las decenas de personas que aguardaban por presenciar la despedida del pianista y grabarla en sus celulares. Muchos portaban banderas de Puerto Rico o alguna memorabili­a, como la carátula del elepé 10 años Raphy Leavitt y su orquesta La Selecta.

“Desde que me casé en el 66 o 70 por ahí, estaban ellos en su apogeo y la musiquita de ellos me motivó a bailar con mi ex”, compartió emocionado Rafael Tejera, residente de Bayamón.

La viuda de Leavitt, María Milagros Barreto, y los hijos Sheila y Rafael, se ubicaron frente al féretro de madera adornado con un enorme arreglo de flores. En sus rostros se reflejaba la tristeza y la ansiedad por lo que estaba por acontecer.

“Ha llegado el momento de la verdad, el momento de decirle hasta lue-

go. Tu legado se queda y nosotros haremos nuestra parte para continuar con todo esto”, expresó el cantante Carlitos Ramírez abrazado a sus compañeros de orquesta.

Sammy Marrero habló en nombre de la familia. Tembloroso y muchas veces con la voz quebrada por la emoción, recordó el momento en que su amigo y casi hermano lo escogió como su cantante principal. Sin duda, nunca pensó que le cantaría en su entierro, por eso le pidió que lo cuidara y le diera fuerzas para continuar.

“Como siempre te dije, ‘estaré contigo mientras tú creas que yo pueda cantar’”, dijo para introducir el tema

Mi barrio, escrita por su director en honor a su natal Puerta de Tierra. Lo acompañó con la guitarra Edwin Rosario.

El tributo siguió con otro de los temas emblemátic­os del repertorio de la orquesta originada en 1971, La cuna

blanca.

“Para ti la canción que me enseñaste a cantar y si se la he cantado a otros, por qué no cantártela a ti”, dijo. Bastó con el primer verso: “Se ha escapado un angelito”, para que la viuda los hijos y otros allegados comenzaran a llorar sin dejar de cantar el coro: “Nadie se atreva a llorar, dejen que ría en silencio”.

El féretro fue depositado en el panteón a la 1:30 de la tarde por los integrante­s de la orquesta, momento en que soltaron varias palomas al aire, obsequio de un extromboni­sta de la orquesta.

“Señores, se fue parte de la decencia de la salsa. No va a existir nunca un molde como el de Raphy”, declaró Carlitos Ramírez antes de que el llanto no le permitiera continuar. Al unísono surgían aplausos y frases como “Nos vemos luego”, “¡Que viva Raphy!” y “Dale saludos a Luisito (Maisonet)”, músico fallecido en 1972 víctima de un accidente automovilí­stico, en el que también Leavitt sufrió graves daños y que inspiró La cuna blanca.

La familia se retiró del área poco después, mientras rosas rojas eran lanzadas sobre el ataúd. Una de estas la lanzó el band boy de la orquesta por 31 años, Carlos Estrella García o “Charlie Star”, como le conocen.

“Fue el mejor amigo que he tenido en el mundo, el que me dio lo que nadie me ha dado. Me enseñó a vivir una vida buena”, compartió el responsabl­e del transporte, montaje y recogido de los instrument­os de la orquesta.

Leavitt falleció en la madrugada del 5 de agosto por complicaci­ones postoperat­orias en un hospital de la ciudad de Miami. La operación tuvo el objetivo de reemplazar­le la prótesis en la cadera.

ADIÓS DE SU BARRIO. El cuerpo de Leavitt fue trasladado a Puerta de Tierra, su cuna, en horas de la mañana de ayer para la celebració­n de una misa en la iglesia San Agustín y un recorrido por las calles que delinearon su talento.

Oficiada por el padre Miguel Torres, la misa sirvió para exaltar la calidad humana y artística del músico.

“Quisiera honrar a Raphy, no solo por ser un artista famoso, no solo en Puerto Rico y en todos los lugares hasta donde llega su obra, sino a Raphy por ser un hombre de nuestra tierra, nacido en Puerta de Tierra. Eso es lo que tiene valor porque sin esas experienci­as que él experiment­a, sus canciones quizás no tendrían ese sentido y esa capacidad de llegar al tuétano de la vida de todo aquel que la canta”, expresó el sacerdote.

 ??  ?? Las emociones brotaron al descender el féretro en el camposanto. Al fondo, la familia de Raphy Leavitt se une en el doloroso momento.
Las emociones brotaron al descender el féretro en el camposanto. Al fondo, la familia de Raphy Leavitt se une en el doloroso momento.
 ??  ?? Los vecinos de Puerta de Tierra se despidiero­n del artista, quien vivió orgulloso de haber nacido allí. Abajo: El sentimient­o de Sammy Marrero al cantarle a su jefe y amigo emocionó a los presentes.
Los vecinos de Puerta de Tierra se despidiero­n del artista, quien vivió orgulloso de haber nacido allí. Abajo: El sentimient­o de Sammy Marrero al cantarle a su jefe y amigo emocionó a los presentes.
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