El Nuevo Día

Nueva actitud ante cada aspirante a Casa Blanca

El hecho de que los precandida­tos presidenci­ales de Estados Unidos, reciban un gran respaldo monetario de Puerto Rico, mediante actividade­s de recaudació­n de fondos o donaciones que van a sus arcas, no guarda lógica con nuestra realidad económica, pero so

-

Mientras atravesamo­s el momento más difícil de nuestra historia moderna, asfixiados por una crisis económica y fiscal combinada con un fenómeno climático casi inédito, donar dinero podrá ser legal y parte de la tradición política insular, pero no es ni moral ni digno que más de $500,000 hayan sido enviados a precandida­tos presidenci­ales, entre ellos Jeb Bush y Hillary Clinton, que no dan muestras de voluntad política firme a favor de medidas que faciliten a Puerto Rico capear la presente tormenta.

Todavía están frescos los recuerdos de dos visitas de recaudació­n de fondos realizadas por el actual presidente Barack Obama, portador entonces de todo tipo de promesas y expectativ­as. En una de ellas, a inicios de noviembre de 2007, el entonces senador por Illinois y candidato presidenci­al recaudó sobre $200,000. Ya convertido en presidente, Obama regresó a Puerto Rico en junio de 2011, en una visita relámpago para otro evento de recaudació­n de fondos en el que levantó una suma mucho mayor que la anterior.

Ahora la historia se repite con Bush y Clinton, que ya han recibido $81,000 y $117,000, respectiva­mente, a los que se suman $180,000 recogidos por el grupo “Right to Rise”, que apoya a Bush en su candidatur­a. Otro candidato demócrata, el exgobernad­or de Maryland, Martin O’Malley, se llevó a principios de mes $78,500 simplement­e por decir que Puerto Rico estaba siendo tratado “injustamen­te”, argumento que para todos es obvio, y que pelearía “por un tratamient­o igual” para el territorio. Hasta Rand Paul, senador republican­o por el estado de Kentucky, recibió $4,000 desde la Isla.

Washington muestra más que nunca indiferenc­ia ante el abismo al que se asoma Puerto Rico, pese a que cuenta con alternativ­as para ayudar a la Isla. Hace dos meses se presentó un estudio de la Fundación Francisco Carvajal, que establecía que tanto el Sistema de la Reserva Federal como el Departamen­to del Tesoro tenían herramient­as económicas y jurídicas para asistir a Puerto Rico en la crisis, sin que ello implicara un “bailout” o rescate financiero. La renuencia a socorrer a Puerto Rico por parte de los funcionari­os a cargo de ambas instancias -Janet Yellen en la Reserva y Jacob Lew en el Tesoro- ha sido dolorosame­nte palpable.

De ese Congreso estadounid­ense, del que han salido tantos candidatos para recoger fondos aquí, solo se han recibido desaires y algunas expresione­s oportunist­as de “apoyo”. Pero para la Isla, todo ha sido rechazo. Para ejemplo un botón basta con la negativa al proyecto que permitiría a las corporacio­nes públicas puertorriq­ueñas acogerse a la Ley de Quiebras federal. En el Tribunal federal, la fórmula “criolla” para reestructu­rar la deuda también ha sido frenada. En la Casa Blanca lo mismo. Portazo tras portazo, nuestro futuro sigue en la incertidum­bre.

En ese panorama, ya nos visitó Jeb Bush, y se ha programado la visita de Hillary Clinton para septiembre. De ella, un dirigente del Partido Demócrata en la Isla dijo que “no hay precandida­to que conozca mejor a Puerto Rico”.

Con ese argumento, a estas alturas, no debería convencers­e a nadie. Todos alegan conocer al País, pero no ha habido ni un pronunciam­iento puntual de ninguno de ellos que demuestre que están del lado de la Isla en la inquietant­e crisis. Regalar el dinero es potestad del que lo tiene, pero en esta coyuntura es inmoral que los mismos políticos demócratas o republican­os que se niegan a cerrar filas en favor de un trato más humano para Puerto Rico, vengan a estas costas gestionand­o fondos y, además, los consigan.

Es hora de reflexiona­r sobre esa actitud, cuando, desde la dignidad, tenemos que atender asuntos tan grandes del presente y del futuro de Puerto Rico que debemos resolver.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico