Por la puerta ancha UBS
Finra rechaza alegatos de inversionistas que solicitaban sobre $16 millones en pérdidas y daños
Un panel de árbitros de la Asociación para la Reglamentación de la Industria Financiera (Finra, en inglés) en la Florida rechazó un pedido de indemnización de casi $13 millones por parte de una inversionista, tras concluir que los alegatos en contra del asesor financiero David José Lugo y UBS Financial Services eran falsos.
Asimismo, otro panel de árbitros también rechazó los alegatos de Francisco Ramis e Inés María Rivero . El matrimonio radicó su querella contra Finra en octubre de 2013 y reclamaba unos $3.1 millones en pérdidas y daños.
Según la decisión del panel presidido por Brian P. Jakes, Sr., la reclamación de la inversionista Berta Ganapolsky no tenía fundamentos, pues la mujer mantenía el control de las inversiones que hizo en nueve fondos cerrados de la familia de fondos de UBS. Ganapolsky, así como la corporación Tamara, se querelló contra UBS y Lugo en Finra en junio de 2014.
Según la decisión del panel de arbitraje, Ganapolsky recibía asesoría de su familia y de su contador público autorizado en el manejo de sus inversiones.
“El querellado (Lugo) siguió todas las instrucciones de Ganapolsky y la mantuvo en los fondos AAA que ella solicitó”, reza el laudo otorgado la semana pasada por el panel de Finra.
La vista de arbitraje se llevó a cabo en Ft. Lauderdale, Florida, a pedidos de ambas partes.
“UBS se siente satisfecho con la decisión de los árbitros en este asunto”, indicó la casa de inversiones al tiempo que reiteró que los productos de inversiones de la firma han brindado “excelentes” beneficios a los inversionistas por más de 20 años.
En julio y agosto pasados, los abogados de Ganapolsky solicitaron a Finra que se desestimaran los reclamos de la corporación y aquellos contra Lugo.
Según la decisión, el proceso de arbitraje costó unos $22,050. De esa cifra, Ganapolsky, tendría que pagar unos $10,425. La inversionista tuvo como representantes legales a los abogados Jonathan F. Claussen y Charles Litchman, de Berger Singerman en Boca Ratón, Florida.
En el caso Ramis Rivero, el panel presidido por el árbitro Barth Satuloff, concluyó que los alegatos del matrimonio no procedían porque las transacciones objeto de la reclamación se dieron entre los años 2004 y 2008, antes de que los asesores de inversiones o corredores querellados comenzaran a trabajar en UBS o estos no realizaban funciones de asesoría en inversiones, sino de carácter administrativo. Es decir, que las transacciones en controversia, en realidad fueron efectuadas por otro asesor financiero y no por los querellados en el caso.
El matrimonio se querelló contra Carlos J. Freire, Doel Rafael García Romero y Carlos Ubiñas. Finra determinó que los querellados no tienen responsabilidad en el caso.
Ambas victorias representan un contrapeso para UBS, firma que ha quedado estremecida, luego de que cientos de inversionistas que compraron los fondos mutuos cerrados que maneja la casa de inversiones hayan radicado querellas ante Finra alegando mala asesoría, incumplimiento al deber de fiducia, fraude, violaciones a la ley de valores por parte de la casa de corretaje y sus ejecutivos o asesores financieros. Hasta hace poco más de una semana, Finra y una investigación por parte de la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras (OCIF) de Puerto Rico han adjudicado unos $8 millones a inversionistas que habrían sido perjudicados por las prácticas de venta de la firma de corretaje.
En total, Finra ha recibido sobre 800 querellas tras el colapso de los fondos mutuos cerrados y los bonos de Puerto Rico, la mayoría contra UBS y varios de sus asesores o ejecutivos
Si bien Lugo, Freire, García Romero y Ubiñas no tuvieron responsabilidad en los casos de Ganapolsky y el matrimonio Ramis Rivera, todavía quedan decenas de querellas pendientes. Por lo general, al momento de querellarse, los inversionistas hacen la reclamación contra su asesor financiero, pero también contra supervisores o los ejecutivos de una firma por ser un asunto de responsabilidad vicaria.
En el caso de Lugo, Finra ha recibido 80 reclamaciones, de las cuales, 66 todavía quedaban pendientes.
García Romero, quien ejercía tareas de supervisión en la desaparecida sucursal de Guaynabo de UBS (de donde procede buena parte de las querellas contra la firma), al igual que Ubiñas, enfrentan, cada cual, 72 querellas de inversionistas ante Finra. Mientras, Freire tiene 45 reclamaciones de clientes ante Finra.