El Nuevo Día

¿Y cómo yo sé que me aman?

- Por Dr. José Alvarado-Méndez Especial para Suplemento­s

Vivimos en una cultura en donde todo es tan rápido y tan accesible, que muchas veces olvidamos lo que es verdaderam­ente importante en la vida: vinimos a ser felices y a amar.

Pero, la vida nos lleva a ser conformist­as, y una de las cosas con las que nos conformamo­s es con el amor. Entre la infinidad de cosas en las que podríamos recurrir a la mediocrida­d y permitir que sean comunes, el amor no debería ser una de ellas. Sin duda alguna, el amor debe desafiarlo todo.

Cuando pensamos en las cosas que deben componer el amor, debes pensar en cuáles merecemos tener y, ¿sabes qué? Las merecemos todas.

No merecemos a alguien que le gusten las películas “fresitas” de amor y sepa decir palabras lindas. Merecemos a alguien que te haga vivir como si tu fueses el personaje principal de esa película con final feliz, una de esas películas que parecen imposibles. Merecemos ser festejados en cada martes, simplement­e porque es martes. Merecemos un regalo ilógico, solo porque así lo queríamos. Merecemos momentos en los que hacen que tu mente no pueda ver la diferencia entre presente, pasado y futuro, porque en ese momento, EL TIEMPO NO EXISTE.

Pero, ¿cómo logramos esto? A continuaci­ón algunos puntos a considerar:

Enamórate de la persona más importante: enamórate de ti mismo. “Si el amor fuera un árbol, las raíces serían tu amor propio. Cuanto más te quieras, más frutas dará tu amor a los demás y más sostenible será en el tiempo”, así dijo Walter Riso.

Nadie te completa o te incompleta. Las medias naranjas no existen. Aprende a ser independie­nte para que no tengas que depender de alguien y tu vida no se construya alrededor de alguien.

En el juego de poder, pierden todos. Cuando se intenta manipular, controlar o exigir en la relación, nunca se obtiene un final feliz. Una de las dos personas se cansará de perder y la otra se cansará de ganar tan fácil. Al final, todos pierden. No existe tal cosa como el poder en una relación. Si la persona quiere estar contigo, no hace falta el poder.

Si no te sientes bien, esa relación no es para ti. Si eres talla 9 de zapatos y te compras unos zapatos bien bonitos, pero son talla 7, podrías caminar algunos pasos con ellos puestos, y hasta los encontrará­s lindos por un momento y pensarás que puedes aguantarlo­s. No obstante, llegará el momento en el cual ya no podrás aguantar más y por más bonitos que sean, vas a querer salir de ellos. Así mismo son las relaciones de pareja.

Sé un libro abierto con esta persona. Si no puedes compartir con ella tus sueños, tus miedos, tus metas y hasta tus fantasías, no te sentirás a gusto. Sentirás que reprimes tu verdadero ser.

Ser el sueño de alguien hecho realidad, ¡eso merecemos!

El autor es director clínico del Hospital Panamerica­no.

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