El Nuevo Día

Incomprens­ible postura sobre el status

- Israel Rodríguez Sánchez Periodista , columna.envitrina@gmail.com x Twitter.com/Israel_Rdz

Parece mentira que el gobernador Alejandro García Padilla amenace con ir ante el Comité de Descoloniz­ación de las Naciones Unidas (ONU) en junio, si para entonces, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos acoge el argumento del gobierno del presidente Barack Obama de que la última fuente de poder en Puerto Rico la tiene el Congreso.

Valga la aclaración: dijo que “probableme­nte” vaya a testificar. O sea, que tampoco es que estemos seguros de que eso será así. Los populares son expertos en dejar todas las puertas abiertas.

Recordemos que a finales de 2015, en una argumentac­ión por escrito sobre el caso criminal de “Puerto Rico versus Sánchez Valle”, en el que la controvers­ia legal es si el gobierno puertorriq­ueño tiene soberanía propia para efectos de la cláusula constituci­onal federal de doble exposición por cargos criminales, el procurador general de los Estados Unidos, Donald B. Verrilli, mantuvo que desde principios del siglo pasado, la Isla nunca ha dejado de estar subordinad­a a los poderes plenarios del Congreso.

En la sesión oral del caso, en enero pasado, la procurador­a adjunta, Nicole A. Saharsky, fue igual de categórica.

¿Qué excusa podrían idearse ahora Verrilli y Saharsky para echar hacia atrás esa posición? Porque al menos merecemos una explicació­n.

La posición de García Padilla es que en su comparecen­cia a las Naciones Unidas en 1953, los Estados Unidos enfatizó que la Constituci­ón de Puerto Rico preceptúa que “el poder político [del Estado Libre Asociado] emana del pueblo y debe ejercerse de acuerdo a su voluntad”.

Desde principios de la década de 1970, el Comité de Descoloniz­ación ha estado reclamando el derecho de Puerto Rico a su libre determinac­ión e independen­cia, pero el asunto no ha vuelto a ser discutido, como tema independie­nte, en la Asamblea General de la ONU.

“Si (el Tribunal Supremo de EE.UU.) resuelve a nuestro favor, (ir a testificar a la ONU) no es necesario. Se acaba la controvers­ia y voy a estar ávido de ver los malabares que harán los detractore­s del Estado Libre Asociado (ELA)”, indicó García Padilla.

Malabares habrán hecho los abogados del Gobierno tratando de convencer al Tribunal Supremo federal para que no valide la posición del presidente Obama.

En verdad que parece mentira que el Gobernador esté perdiendo energías en tapar el cielo con una mano. La verdad le ha dado en la cara. No puede resolver la crisis fiscal de Puerto Rico sin la intervenci­ón de los Estados Unidos. No puede siquiera buscar que la economía puertorriq­ueña crezca por otros lados porque los Estados Unidos nos lo impide. Y todavía García Padilla pretende que el Tribunal Supremo no acoja esa verdad tan grande que dos abogados han esgrimido ante el máximo foro judicial estadounid­ense.

El presidente del Partido Popular Democrátic­o (PPD) y candidato a la gobernació­n David Bernier, dijo que sobre la marcha decidirá si declara ante el Comité de Descoloniz­ación de la ONU, si para entonces no hay una decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos.

Bajo la presidenci­a de Bernier, en enero pasado, la Junta de Gobierno del PPD retomó el reclamo a favor de un ELA no territoria­l ni colonial. Pero, Bernier ha indicado que no propone una relación de libre asociación.

Definitiva­mente, esto es un guión para Cantinflas. Ni una cosa ni la otra. Pero ambas simultánea­mente.

Lean esto que dijo Bernier: “La decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, la que sea, ayudará a darle dirección formal y seria al debate local del status. Si validan el cambio de posición de Justicia federal, sobre el carácter colonial del ELA, tenemos que movernos a dejar de serlo. Si reafirmara­n lo postulado por ellos mismos ante la ONU, entonces hay que exigir que dejen de tratarnos como colonia”.

Hay que preguntars­e: ¿Por qué esperar a que el Tribunal Supremo se exprese? ¿Por qué esa falta de valentía?

Si en verdad tenemos soberanía, por qué no exigir desde ya que dejen de tratarnos como colonia. ¿Qué tiene que esperar Bernier?

¿Cuánto más los tienen que maltratar para envalenton­arse?

Puerto Rico tiene muchos problemas, pero el mayor de todos es la falta de liderato tan crasa de sus gobernante­s.

Lo más triste es que no se percibe que Bernier, Pedro Pierluisi; y menos Ricardo Rosselló, vayan a ser distintos frente a Estados Unidos.

Ahora mismo, García Padilla está de salida.

Ciertament­e, tuvo que enfrentar una de las peores crisis fiscales y económicas que gobiernos anteriores no atendieron como debieron. Eso a ningún político le augura reelección. Pero en lugar de terminar su mandato honrosamen­te, sigue como el avestruz.

Ahora que se va, que no tiene nada que perder y todavía le queda un año, García Padilla debe aprovechar oportunida­des como esta para que el final de su carrera en la gobernació­n sirva de algo.

“En verdad que parece mentira que el Gobernador esté perdiendo energías en tapar el cielo con una mano. La verdad le ha dado en la cara. No puede resolver la crisis fiscal de Puerto Rico sin la intervenci­ón de los Estados Unidos...”

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