Carta del editor Voces
La semana que recién concluyó trajo consigo muchos momentos trascendentales relacionados con la identidad puertorriqueña y la reafirmación de nuestra cultura ante los ojos del mundo. Hubo instantes de mucha emoción, como la presentación del escritor Luis Rafael Sánchez en la sesión inaugural del VII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) donde defendió “la audaz creatividad de nuestra lengua española apuertorriqueñada” e invitó a la Real Academia Española de aprobar el término puertorriqueñidad del mismo modo que hizo con argentinidad porque “lo que es igual no es ventaja”.
En ese mismo evento resonó tanto en boca del autor de “La guaracha del Macho Camacho” y “La pasión según Antígona Pérez”, entre tantas otras obras brillantes que todo puertorriqueño debe conocer, como del activista Pedro Muñiz, el nombre de Oscar López, al punto que provocó que la prensa española presente en CILE indagara y escribiera sobre el preso político boricua.
También dentro del mismo marco hubo voces que sonaron para echar sendos baldes de agua fría, como las del Rey de España, Felipe VI y de Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, quienes separaron a Puerto Rico de su contexto latinoamericano, amparados en la realidad política del país.
El laureado autor puertorriqueño, Eduardo Lalo, Premio Rómulo Gallegos alzó su voz en pleno escenario del CILE para criticar duramente las expresiones de ambos personajes, las que tildó de ignorantes y pusilánimes.
¿Quién dijo que no hay acción y pasión en la escena cultural?
Para acrecentar el nivel de orgullo por la defensa de lo que nos identifica como puertorriqueños -y como otra muestra de que no hace falta nacer en el 100 x 35 para amar y luchar por esta tierradisfrutamos el noble acto del dramaturgo, actor y compositor de Broadway, Lin Manuel Miranda, quien no desperdició sus citas con el presidente Barack Obama en la Casa Blanca y con el Congreso de los Estados Unidos para abogar tanto por la liberación de Oscar López como por una acción responsable del gobierno estadounidense ante el grave panorama fiscal de la tierra que fue cuna de sus padres y su lugar de vacaciones en su infancia.
No cabe duda que nuestra tierra tiene un encanto que la hace imposible de olvidar y que provoca que las mejores voces se alcen en su defensa. En nuestra edición de hoy les invito a que disfruten de dos ejemplos de la inagotable creatividad de nuestra gente, en las historias del maestro de la madera René Delgado y de los diseñadores de moda y artistas plásticos que han unido sus talentos en la exhibición “Royal Black”.