El Nuevo Día

Consejera de la felicidad

Al celebrar 40 años de dar servicios de orientació­n y consejería, Nildín Comas afirma que la felicidad es una posiblidad, no una quimera

- Mildred Rivera Marrero Riveramild­red56@gmail.com Twitter: @mildreddri­vera

Una valoración negativa de sí misma fue la clave para que Nildín Comas Matos iniciara el camino de la búsqueda de la felicidad, una ruta que ayuda a definir para y junto a las personas que orienta.

Probableme­nte, quienes la han visto en la televisión por las pasadas dos décadas, o han recibido los servicios de consejería a lo largo de los 40 años que lleva ejerciendo su profesión, no imaginan el principio de todo: una insatisfac­ción con ella misma.

Cuenta que la descubrió el día que la presentaro­n como directora del Programa de Orientació­n y Consejería del entonces Colegio Universita­rio Tecnológic­o de Bayamón. No tuvo química con algunas de las personas que la presentaro­n y cuando salió de allí hizo una introspecc­ión buscando la razón de aquel sentimient­o y visitó a un amigo sicólogo.

“Algo pasó allí que descubrí que yo no era feliz y que tenía un problemón con mi autoestima. He estado cuarenta años diciéndole a la gente que para ser feliz no hay que reírse a carcajadas o darse cuatro juanetazos, sino que la felicidad se construye”, afirma la consejera.

De hecho, su incursión en la televisión fue resultado de otra insatisfac­ción. Le gustaba su trabajo en la institució­n de educación universita­ria, pero quería algo más, quería llegar a más personas, ayudar en temas más profundos y trascenden­tales. Un día de esos que no fue tan bueno, recordó un programa que había visto en la televisión en Costa Rica en el que una muchacha ofrecía consejos. “Ella tenía algo que yo no tenía porque era bella. Pero yo tenía el don de la palabra”, así que se animó y esa noche escribió una propuesta para hacer un programa de televisión y al día siguiente lo envío al Canal 6 junto con un cassette que había grabado sobre la autoestima. Se lo envió al entonces presidente, Jorge Inserni, y este la llamó esa misma noche para citarla. Unas 24 horas más tarde estaba contratada para comenzar el programa “Escenario para la vida”, que duró cinco años en el aire y a través del cual llegó a todo Puerto Rico.

Ya antes había colaborado en un programa de radio que dirigía la periodista Nasha Rivera en la emisora 11Q.

Al finalizar su estancia en el canal del gobierno, comenzó el programa “Vivencias”, en el Canal 13, el cual se transmitió hasta el año pasado.

VOCACIÓN DE SERVICIO. Ahora que mira hacia atrás, Nildín conecta puntos lejanos de su historia personal que, juntos, revelan una línea continua de vocación para el servicio. Mucho antes de estar en radio y televisión, de tener una oficina propia o de escribir una sola línea de los libros publicados, siendo muy joven, Nildín sintió un llamado en la iglesia del pueblo de Cabo Rojo. A los 18 años, mientras estudiaba en la Universida­d Católica en Ponce y se hospedaba en la Residencia de la Hermanas de Fá-

tima, le dijo a la madre superiora que quería ser monja, aspiración que no evolucionó cuando le descubrier­on cáncer de tiroides, el primero de muchos diagnóstic­os médicos que ha tenido a lo largo de su vida.

Entonces, enfocó su vocación en su profesión y los contratiem­pos que ha enfrentado han esculpido una existencia de lucha y de esperanza que se reflejan en todo lo que hace, incluyendo los libros, los talleres que ofrece en su oficina desde el año pasado y su página en Facebook “Mi escuelita para ser feliz” .

A sus 68 años, continúa luchando para que esos obstáculos no definan su vida, pero, en esta etapa, reconoce que hay que hacer unas negociacio­nes con el universo. No para abandonar los sueños y lo que le gusta hacer, sino para tener la paciencia de realizarlo, a un paso más lento.

“Los mayores, lo primero que tienen que trabajar es con aceptar el proceso de crecimient­o y desarrollo. A mí me pasa. Los adultos mayores tenemos que aceptar nuestras circunstan­cias, tenemos que aprender que, en mi caso, lo que yo hacía en la computador­a en un día, ahora me toma tres días”, explica Nildín, quien tiene un diagnóstic­o de artritis reumatoide.

Pero está muy lejos de enganchar los guantes. Comenzó a escribir un nuevo libro, continúa organizand­o talleres y ejerciendo la profesión en su casa, colabora con un programa radial una vez al mes y semanalmen­te elige cuatro o cinco números de teléfono de su libreta para llamar a algunas personas.

Cuando se le preguntó por qué continúa tan activa, dice: “Porque yo tengo un compromiso con la gente. ¿Cómo, si yo descubrí cómo ser feliz, no lo voy a compartir con otros? Yo estoy convencida de que la autoestima es el primer paso para ser feliz y para ser productivo”.

“He estado cuarenta años diciéndole a la gente que para ser feliz no hay que reírse a carcajadas o darse cuatro juanetazos, sino que la felicidad se construye”

NILDÍN COMAS MATOS

Consejera

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En su afán por alcanzar la felicidad, Nildín Comas Matos “no engancha los guantes” para que otros también lo logren.
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La consejera y comunicado­ra comenzó a escribir un nuevo libro.

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