A la Rama Judicial las funciones de la CEE
Recientemente El Nuevo Día publicó en detalle “la malaise” que arropa a la Comisión Estatal de Elecciones, agencia que tiene como única encomienda celebrar las elecciones generales cada cuatro años.
El despilfarro de fondos que descubre la noticia es de aproximadamente $87 millones cada cuatrienio. No hay país en el mundo donde celebrar unas elecciones cueste una cantidad similar.
Propongo las siguientes recomendaciones para sanear la maquinaria ineficiente, ineficaz y despilfarradora de fondos públicos que hoy día es la CEE:
Transferir de la CEE a la Rama Judicial todas las funciones, deberes y responsabilidades. Por ser una rama apolítica y no partidista, es por definición la institución pública más adecuada para manejar los procesos eleccionarios.
Crear en la Rama Judicial una oficina de administracción de asuntos electorales (similar a la Oficina de Administración de los Tribunales), adscrita a la oficina del juez presidente, para administrar estos asuntos.
Convertir a los funcionarios y empleados judiciales en electorales, cuando desempeñen estas funciones.
Utilizar las salas de los tribunales ubicadas en la mayoría de los municipios para inscribir y reinscribir electores.
Eliminar la participación y cualquier gasto público en la celebración de eventos electorales primaristas de los partidos políticos.
Vender en pública subasta todas las propiedades y edificios de la CEE, comenzando con el edificio central de Hato Rey.
Naturalmente, debe haber muchas recomenadaciones más de cambios y mejoras que deben hacerse para reformar el sistema electoral.
Recomiendo que la Asamblea Legislativa celebre audiencias públicas para debatir éstas o cualesquieras otras recomendaciones que puedan sanear y reformar nuestro sistema electoral. Mario S. Rodríguez San Juan