Yo no seré Gobernador
Tenía un profesor de Derecho notorio y sabio, William Fred Santiago, que en nuestra primera clase narró su experiencia con un vecino que le decía: “si yo fuera juez, a ese sinvergüenza no le hacía juicio, lo mandaba a matar inmediatamente”. El profesor le contestaba: “menos mal que no eres juez”.
Admiro a los que se atreven a aspirar a la gobernación porque los problemas que tiene Puerto Rico son de calibre mayor y algunos de ellos vienen a tratar de resolver esta situación.
Ahora que estamos a escasos meses de las elecciones generales, conviene que analicemos a quién queremos para gobernar.
Primero, tenemos que anteponer cualquier interés personal para el análisis. Segundo, revisar las declaraciones de cada candidato sobre diversos temas y tercero, consultar con nuestra conciencia sobre la forma en que queremos que se atiendan los problemas de la Isla.
Primero, por nuestra manera de votar en las elecciones, “Nunca” se ha resuelto, ni se resolverá el estatus de la Isla, por lo que tenemos que ver con otros ojos la manera en que vamos a votar. Segundo, la Isla tiene unos problemas severos de gobernanza y de administración que el próximo gobernador tiene que resolver. Tercero, no todos los candidatos que militan en los partidos, el 95% con los cuales los electores se identifican, son los mejores y por lo tanto, tenemos que hacer selecciones extra partidistas.
Yo no quiero ser gobernador, pero quiero que el que escojamos sea el mejor para enfrentarse a la adversidad que nos viene encima. Que se atreva a meter la mano a los problemas económico; la burocracia que nos absorbe el presupuesto; la corrupción que imposibilita a los funcionarios ejercer como amerita. Que le meta mano a la decadencia en el servicio público. Ese es el gobernador que yo quiero para que dirija a nuestro Puerto Rico a convertirse en una nación de este milenio.
Necesitamos salir del marasmo politiquero en el que vivimos y elevar el nivel del país para que de verdad salgamos de ser un país tercermundista. Para ello necesitamos un líder que lo haga; un electorado inteligente, íntegro y responsable con su generación y las venideras. El 8 de noviembre yo no voy a ser Gobernador, como decía mi excelso profesor de Derecho. Pero sí puedo exigir y así lo haré, que mi gobernador sea el que debe ser. Claudio Medina Rivera
San Juan