DEBUTA EL PRFC
El enebeísta Carmelo Anthony, su dueño, vino a ver al onceno para estrenarse en la NASL
BAYAMÓN. - Carmelo Anthony estaba enfocado en fútbol. El estelar alero de los Knicks de Nueva York en la NBA acudió anoche al estadio Juan Ramón Loubriel para ver en persona el debut de su equipo, el Puerto Rico Football Club (PRFC), en la North American Soccer League (NASL).
“No estoy nervioso, más bien ansioso por ver el comienzo. Tengo muchas expectativas (con el proyecto)”, dijo Anthony durante una entrevista con El Nuevo Día poco antes del inicio del primer duelo del PRFC, ante el visitante Indy Eleven.
Su recién nacida franquicia debutó empatando 1-1 con Indy. Héctor “Pito” Ramos marcó el gol de los locales, al minuto 74.
El PRFC lucía camino a la victoria, pero a los dos minutos de la prórroga, y a instantes del final, el onceno visitante igualó el marcador con cañonazo del delantero Souleymane Youla. Segundos después, terminó el partido, al que le habían agregado solo tres minutos de tiempo adicional.
“Ha pasado más de un año de trabajo desde que comenzaron las pláticas (relacionadas a traer una franquicia de la NASL a Puerto Rico)”, agregó Anthony, luciendo una camisa anaranjada y una gorra negra, ambas con el logotipo del club. “Hubo dificultades. Siempre que comienzas a construir algo desde el suelo, desde cero, es complicado”, dijo el debutante propietario. Añadió que, “tenía muchos planes para el equipo desde el primer día. Algunas cosas quizás extravagantes. Pero llegaremos a ellas. Estoy contento con todo lo que logramos para hoy”.
Razones de más tenía para estar contento ayer. No solo asistió una buena cantidad de público al debut del PRFC, sino que la ceremonia fue a todo dar, con pirotecnia, música, una banda marchante, batuteras y un colorido desfile de sobre una veintena de equipos infantiles y juveniles, todos en uniforme.
“Me gustó mucho el ambiente que sentí cuando iba entrando (al estadio). El festejo afuera, la algarabía antes del juego, la banda, los tambores. La energía definitivamente está aquí”, señaló Anthony.
Los colores del PRFC, un anaranjado claro, con detalles en blanco y negro, recuerdan a los desaparecidos Puerto Rico Islanders. La franquicia ocupó el Loubriel de 2004 a 2012. A pesar de que contaban con una sólida fanaticada y el apoyo del municipio de Bayamón, los Islanders cerraron el kiosko hace cuatro años, incapaces de traducir su popularidad en ganancia monetaria.
La difícil situación económica en la Isla hace sumamente difícil que los equipos profesionales - sean de fútbol, baloncesto, béisbol o voleibol- puedan mantenerse a flote de manera independiente. Pero ese aspecto no le preocupa al estelar canastero neoyorquino, cuyo fenecido padre era puertorriqueño.
“Afortunadamente eso es algo que está totalmente bajo mi control”, dijo Melo, propietario del PRFC y quien la pasada temporada cobró salario de sobre $24 millones por sus servicios a los Knicks. “Después que los muchachos se esfuercen en el terreno, todo estará bien. A veces toma tiempo acoplarse y el éxito no llega de inmediato. Lo importante es que hagan una buena demostración”.
Anthony lleva casi una década visitando Puerto Rico anualmente para ayudar a la juventud y el deporte local. El atleta de 32 años de edad ha rehabilitado canchas y ofrecido charlas en comunidades alrededor de la Isla. Así fue que, poco a poco, decidió comprometerse a largo plazo con una franquicia profesional de un deporte que no practica.
“Yo miré otras avenidas, consideré otras opciones. Pero mi meta era darle a Puerto Rico algo que pudieran disfrutar, apoyar”, dijo Anthony. Admitió que se siente más relajado en el terreno de juego que en el exclusivo box del propietario.
“Oh, eso para mí es la parte más fácil. Cuando tengo el balón en la mano, pues siento que puedo controlar mucho del partido. En lo personal esa parte se me hace fácil”, dijo, sonriendo. “Esta (la de propietario) encuentro que es una tarea más difícil. Montar el equipo, encajar las piezas, lograr que los fanáticos nos den una oportunidad, tengan fe en nosotros”.