Independence Day
Fin de semana largo, lluvioso. Playa, algo de sol, comelata y bebelata. Mucha. El verano boricua en pleno apogeo. Aeropuerto lleno. Algunos se van y no vuelven. Martes 5 de julio. En dos días comienza la resaca. Más de medio país enajenado, no entiende. La otra mitad del país se debate entre la indignación, la protesta y el bochorno.
Puerto Rico ante el espejo. ¿Qué no quiere ver y qué quiere ver?
Está claro, comenzaremos a andar una nueva ruta, con el lastre de nuestro bochorno y nuestra indignación. Pero, ¿actuaremos desde nuestro ego? ¿Ese ego herido de país que solo mira la herida cometida contra su honra? ¿O actuaremos desde las heridas cometidas hacia otros por culpa de ese ego?
¿Qué vamos a hacer para sanarnos? ¿Que dónde está la honra en este país?
Está en cerrar la brecha de nuestra desigualdad económica, está en promover empleos para nuestra juventud, está en sacar a los niños, las mujeres y los ancianos de la pobreza, está en proveer una educación de primera para nuestros niños, está en promover un desarrollo social por encima del económico, está en proteger nuestro ecosistema natural, está en bajar las tasas de enfermedades prevenibles, está en proveer la mejor calidad de servicios de salud posible, está en abrir espacios de consenso y concertación social para rearticularnos como sociedad, para reencontrarnos como seres humanos.
Esta nueva senda la tenemos que andar libre de los prejuicios y culpas del pasado. La libertad se lleva en el corazón, escuché decir a un cantautor cubano el otro día. No andemos buscando a responsables por aquello que nunca se podrá hacer, es la excusa perfecta para quedarse donde uno está. Estancado, paralizado.
Ni los países ni los seres humanos somos enteramente libres. Pero sí debemos ser libres de escoger la ruta –la política, la cultural, la económica y la social- que escojamos. En lo personal y en lo colectivo. Hay que escoger. No solo la ruta política, esa es la fácil. Las demás son para dejar de ser un reguero de personas.
Nos pasaron por la piedra. ¿En serio? ¿De verdad? ¿Cuándo vamos a aprender a generar nuestra propia identidad como sociedad, como país? ¿Cuándo vamos a escoger lo que queremos ser como sociedad? ¿Queremos seguir viviendo la sociedad del descarte, del ego? ¿Queremos seguir viviendo y tolerando los índices de violencia, de salud, de educación, de corrupción en que andamos sumidos? ¿Quién está pasando por la piedra a quién? Vamos a ver.
Todo país, toda sociedad, todo ser humano tiene recursos definidos. Puerto Rico también. Se acabó la guachafita del cheque en blanco. Ahora tenemos cerca de $9,000 millones para hacer funcionar el gobierno, excluyendo el pago de deuda. Nueve mil millones. Nueve mil. Nueve veces mil millones. Tenemos más recursos que muchos otros países.
Ahora, tenemos que escoger. Dónde van a estar nuestras prioridades de ahora en adelante. La Junta de Control Fiscal no nos dictará a nosotros dónde invertir nuestros recursos fiscales. Eso nos toca a nosotros y lo tenemos que hacer dentro de la realidad de un presupuesto balanceado. Poner la prioridad en la educación y la salud, en la creación de empleos, en lograr nuestra sustentabilidad económica y social.
Martes 5 de julio 2015. Comienza una nueva era en Puerto Rico.
“La Junta de Control Fiscal no nos dictará dónde invertir nuestros recursos fiscales. Eso nos toca a nosotros ...”