Carlos tiene que apretarse la correa
Estoy seguro que Carlos Correa hará todo lo posible para alcanzar las 100 carreras impulsadas, consciente que solamente le quedan tres partidos a Houston, todos con los Angelinos de Los Ángeles, comenzando hoy y acabando el domingo.
De hecho, Correa, que ha mermado su producción ofensiva debido a un par de dolencias, la última en el hombro izquierdo, ha masacrado a esta novena en 13 encuentros: promedio de .367, seis cuadrangulares y 26 remolcadas esta temporada, lo que seguramente le llenará de esperanza en conseguir su cometido.
Sin embargo, tan solo ha llevado al plato a diez compañeros en los últimos 30 desafíos y con 27 ponches lo que obviamente obedece a las dolencias y posiblemente al cansancio, tanto físico como mental; además de que su rol de cuarto bate reta más a los lanzadores, que tienden a tirarle mucho fuera de la zona de strike, preferiblemente con ‘sliders’ y cambios de velocidad.
Correa, pues, con 96 acarreos anotadores, necesita ser más agresivo en esta serie, ya que en ocasiones tiende a ser muy especulativo, optando por menos ‘swings’, contrario a su compañero Altuve, que al igual que el inmortal Roberto Clemente, ataca hasta los envíos malos.
Consiga o no el 100 anhelado, Correa ha tenido una labor buena, aunque él piensa lo contrario, ya que no lo ha vencido el ‘sophomore jinx’ o maldición del segundo año: 20 vuelacercas, 75 anotadas, 13 estafas, 157 imparables, .363 con gente a bordo no son cifras malas; pero obviamente se había puesto metas más altas tras ser en 2015 el novato más destacado de la Liga Americana.
Defensivamente, empero, ha mejorado a .978, con 14 errores en 151 juegos, pero sin superar a su compañero, Francisco Lindor, paracorto de Cleveland, con .982 y 12 pifias, lo que le hace candidato a Guante de Oro.
Nadie que no sea él mismo puede completar uno de sus sueños; y esta noche enfrenta a Daniel Wright, 0-5 y efectividad de 6.95, con quien consiguió un imparable y una impulsada en su única confrontación.