“Su sonrisa era todo”
Familiares y amigos recordaron con elogios al fenecido lanzador durante un servicio religioso en Miami
MIAMI (EFE). - Familiares y allegados del beisbolista cubano José Fernández, fallecido el pasado fin de semana a los 24 años en un accidente náutico, lo recordaron ayer como “un faro de luz” y una persona de “sonrisa eternal”, en una misa de funeral celebrada en una iglesia de Miami.
En el oficio religioso celebrado por el sacerdote José Álvarez, capellán de los Miami Marlins, en la iglesia católica de Saint Brendan, allegados y algunos jugadores pusieron de manifiesto las cualidades que convirtieron a este originario de Villa Clara (Cuba) en una figura del béisbol y un “súper ser humano”.
En la primera fila se hallaban, visiblemente desconsoladas, su madre, Maritza Gómez Fernández, su abuela Olga y su novia María Arias, de 24 años, que espera una hija del jugador y se quebró en más de una ocasión. Entre los asistentes a la misa de cuerpo presente figuró la plantilla del equipo, el comisionado de las Grandes Ligas de Béisbol Rob Manfred, el cantante puertorriqueño Marc Anthony, Alexander Delgado, del dúo Gente de Zona, así como ejecutivos del equipo, entre ellos el propietario Jefrey Loria.
Este último señaló que con la muerte de Fernández se va “un gigante” y una de las “grandes luces” de la organización.
“Su historia representaba la de millones de personas de todo el mundo, personas que buscan el sueño americano y representan el sueño Americano”, señaló Loria.
El propietario del equipo, quien anunció esta semana que ningún otro jugador vestirá la camiseta 16, compartió su dolor con los aficionados y familiares de quien hizo del béisbol un “deporte divertido”.
“Su sonrisa era todo. Su sonrisa era eternal”, manifestó a su turno su agente, Scott Boras, quien visiblemente emocionado calificó al jugador como “un faro de luz” y recordó que José Fernández estaba emocionado y se “sentía bendecido” por convertirse en padre.
Entre las personas que subieron al altar estuvo Ralph Hernández, un abogado de Tampa, ciudad en la que Fernández se instaló a su llegada a EE.UU. a los 14 años, así como los jugadores Marcell Ozuna, “su hermano”, y el capitán del equipo, Martín Prado.
Al término del oficio, el féretro fue trasladado a una funeraria, cuyo nombre no había trascendido, así como tampoco si es que el cuerpo será sepultado o cremado. La misa fúnebre de ayer prosiguió a los actos que se realizaron este miércoles, que comenzaron con un recorrido de la caravana fúnebre por el estadio de los Marlins, en el barrio de la Pequeña Habana, acompañado de los jugadores. Muchos de los asistentes a la iglesia resaltaron el ejemplo de superación de Fernández, quien intentó alcanzar las costas de Estados Unidos en tres oportunidades, pero no lo logró hasta la cuarta, cuando llegó en balsa a México, desde donde pasó al país donde soñaba vivir.
“José era demasiado bueno para esta liga. Se fue a una liga superior” RVDO. JOSÉ ÁLVAREZ Durante el servicio fúnebre