Apoyo y solidaridad
El programa Doctor’s for the Cure, de Susan G. Komen, exhorta a profesionales de la salud a aportar a la concienciación y prevención del cáncer de seno
Está por cumplir 60 años pero dice, entre risas, que parece de 30 y se siente como de 18. Sin embargo, no siempre fue así para Raquel Pagán, sobreviviente de cáncer de seno, quien en medio de una depresión mayor por la pérdida de un hijo, en 2009, descubrió el mal que le aquejaba.
Pero hoy, después de pasar etapas de mucho temor y dolor, años de intensos tratamientos de quimioterapia, cirugía y reconstrucción de seno, asegura que tiene la misión de llevar el mensaje de la importancia de la prevención y dar su testimonio “para que otras personas sepan que sí se puede luchar y salir de esto”.
“Quiero trabajar y ayudar a otras mujeres que estén pasando por esto y para exhortarles que no dejen de hacerse la mamografía ni la dejen para después. Yo dejé de hacerme la mamografía por tres años y, de alguna manera, Dios me despertó en medio de la depresión, cuando me sentí una bolita en uno de los senos”, recuerda Raquel, tras resaltar el rol de su oncólogo en su recuperación, así como del cirujano plástico y reconstructivo que le devolvió sus senos.
“Fue el que me dio la oportunidad de volver a tener mis ‘lolas’. Entrar a esa cirugía fue la mejor parte de mi proceso de recuperación y de llevar una vida normal”, agrega la mujer quien dice que ahora ve todo el proceso por el que ha pasado como una “bendición” que la a hecho ver la vida desde otra perspectiva.
Precisamente, Raquel y otras pacientes de Marrero Reconstructive and Plastic Surgeons, comparten sus vivencias en la página de Facebook de la oficina médica, donde también exhortan al público a que sean parte del “Team Marrero” –que se unió al programa
Doctor’s for the Cure, de Susan G. Komen Puerto Rico (SGKPR)- para participar en la 12ma edición de Race for the Cure (RFTC), el próximo domingo 2 de octubre, en los predios del Coliseo José Miguel Agrelot en Hato Rey.
Este programa busca unir a la clase médica del país como parte activa de este evento, explica Rosa Ileana Martínez, a cargo del programa Doctor’s for the Cure. Según explica, la participación de los médicos envía un mensaje contundente de apoyo y solidaridad a todos sus pacientes, y su compromiso a en-
contrar la cura contra el cáncer de seno. Con un donativo de $700, reciben 25 inscripciones de cortesía (para el evento) para compartir con sus pacientes para que puedan asistir, libre de costo, o con el grupo de su oficina.
“Son unos fondos que se quedan en la Isla y nos ayuda de diferentes formas. Por ejemplo, con tres inscripciones se le puede dar una peluca a una paciente y con cinco, se puede hacer una mamografía”, agrega Martínez, mientras explica que la iniciativa la comenzó una sobreviviente de cáncer con su médico.
“Es la primera vez que se da un proyecto como tal y lo que queremos es decir que todos somos parte de un grupo y que estamos muy agradecidos, del médico de familia que nos refirió para hacernos la mamografía, del radiólogo, del oncólogo, de todos”, sostiene Martínez, quien dice que hasta el momento de la entrevista (el pasado martes) los doctores Pedro González, Edgardo González Martínez, Ramón K. Sotomayor, Rochely Medina, Eva Cruz Jové, Maruja Santiago y Zoraida Stella, se habían unido al programa. LA SATISFACCIÓN DE AYUDAR. Para el doctor
Ian Marrero y Derick Marrero, el motivo principal para unirse a este programa es la solidaridad hacia sus pacientes y por la importancia de concienciar sobre el cáncer de seno. “Como cirujanos plásticos nos hemos involucrado en el proceso de reconstrucción del seno, pero también impactamos desde un punto de vista emocional y psicológico por el bienestar que sienten al reconstruirse”, indica el cirujano, mientras acepta que la mayoría de las pacientes llegan muy temerosas y ansiosas.
“Hay que ponerse en los zapatos de cualquier mujer a la que le dicen que se tiene que extirpar un seno. Sienten que el mundo se les ha caído encima, llegan sobresaturadas de mucha información y usualmente nosotros somos los que vamos a tratar de restaurar y dar ese bienestar”, sostiene Ian Marrero. En este sentido, percibe que ellas los ven como el alivio, como los que le van a ayudar. En su caso, dice que a ellos les toca brindarles sentido de paz y bienestar, de que sientan que no todas las esperanzas están perdidas. “Ayudarlas a que se sientan bien es lo que hace que nuestra práctica sea muy satisfactoria. Mi satisfacción mayor es ver la satisfacción de ellas”, afirma.